[ARTICULITO 06]: Ganancia y Plusvalía

Hay dos mecanismos que mueven al mundo: El sexo y la plusvalía.
Alejo Carpentier

La conversa se está poniendo buena.

En una de las anteriores, hicimos una lista de palabras (categorías, les dicen) sobre las cuales dijimos que habría que hablar. En la anterior hablamos un poco del “precio” de una mercancía y ahora, un poco sin querer queriendo, nos acercaremos a dos que no nombramos, pero que para seguir tenemos que abordar: Ganancia y Plusvalía.

Huy, ¿qué es eso? Hablemos de la que nos es más cercana: Ganancia. Esa cosa que llaman “sentido común” y de la cual vamos a hablar la próxima conversa, nos dice que “nadie trabaja gratis”. Es decir, según la lógica del capital si uno trabaja es para recibir un beneficio. Antes vimos  (en las conversas anteriores) que eso no debiera ser así, pero comenzó a serlo en el momento en que el trabajo se convirtió en mercancía. Hoy vivimos en una “sociedad” donde la persona trabaja (vende su fuerza de trabajo, es decir se hace mercancía) para recibir dinero para comprar otras mercancías, que él mismo u otros trabajadores hacen, pero no son de él, sino del capitalista.

Veamos un momento, antes de seguir con este trabalenguas, eso que algunos llaman estructura de costos. Es decir estudiemos brevemente como se forma el precio de una mercancía, ya en la conversa pasada hablamos un poco sobre eso, pero vamos a decir otras cosas, además. Para no enredarnos mucho, sigamos el llamado esquema de ”Precios Justos” que se ha hecho común entre nosotros. Miremos con cuidado: Cuando una persona compra una mercancía, está pagando, entre otras cosas, todo lo que gastó el que se la suministra (materia prima, divisas, impuestos, publicidad y propaganda, gastos de personal, local, agua, luz, etc.) es decir, asume hasta la última locha todo el costo de fabricar, trasladar y vender la mercancía hasta tenerla en sus manos. Sin embargo, “paga” un 30% adicional de “ganancia”. Carajo, ¿de dónde sale eso? Si ya todos los gastos están cubiertos, ¿por qué ganancia adicional?

Ese es el asunto, ahí está el rollo. Según el sentido común nadie trabaja gratis. Claro lo que no dice el dichoso “sentido común” es que cuando habla de NADIE se refiere a un capitalista, es decir la frase se puede decir así: Ningún capitalista trabaja gratis. Y estrictamente hablando, ni siquiera trabaja. O mejor, su trabajo se reduce a organizar el trabajo de otras personas para que lo que este trabajo produce (el de las otras personas) le quede a él. Es decir, se transforme (por obra y gracia del “sentido común”) en ganancia. Así, el capitalista (que no produce) gana (y mucho) y el trabajador (que si produce) sólo recibe lo suficiente para consumir lo necesario para poder volver al día siguiente a trabajar, y las cosas que compra, (en el mercado)  son las que él u otros trabajadores producen y que no son de ellos y por supuesto nunca “gana” nada (salvo, supuestamente el salario que  recibe), es decir, el trabajador sí trabaja gratis, o casi…

Justamente eso es “Plusvalía”. Es toda la riqueza que el trabajo de las personas produce, cuando hace mercancías, y que los capitalistas acumulan y convierten en Capital. Es la diferencia entre la riqueza que el trabajo humano produce y la miseria que recibe como salario. Plusvalía es simplemente, entonces, sinónimo de explotación del trabajo (del trabajador, de las persona, es decir de la vida). Pero veamos, además, que existen por lo menos dos formas de extraerle plusvalía al trabajador. Una es simplemente no pagándole sino una fracción (pequeña) de lo que él produce. La otra es aumentado, por ejemplo, la productividad. Es decir un mismo trabajador produce mucho más (gracias a la tecnología o a cualquier otro mecanismo) en el mismo tiempo, pero se le paga lo mismo. Pero sobre esto deberemos volver en otro artículo.

“Ganancia”, no es sino el término, la palabra, la categoría, a través de la cual, el “sentido común” y con la ayuda de la “economía” disfraza la explotación para que sea ¿soportable? Piensen lo feo que se vería el esquema de “Precios Justos” si en lugar de 30% de ganancia dijera 30% de explotación…

Y es qué, si todo está pago, como hacemos para explicar que encima nos quiten 30% más (que en el fondo es mucho más, pues está calculado al final, y afecta todos los otros porcentajes anteriores, los incrementa).

Nuevamente, la conclusión es la misma. Tenemos, primero que entender este lío. Entender que somos víctimas de la explotación para poder asumirlo y comprender que tenemos que luchar por romper esa relación perversa. Es decir, tenemos que romper con la sociedad del Capital, pues no hay conciliación posible entre el pueblo y el capital. Y entonces, así comenzar a (re)construir comunidad, es decir vivir “Vida en Común”.

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