[ARTICULITO 22] El Banco Mundial o la Gran Estafa

Este articulito lo estábamos debiendo, pues desde que publicamos el articulito 19, habíamos anunciado que continuaríamos con otro sobre el Banco Mundial (BM), hermana gemela y incestuosa del Fondo Monetario Internacional (FMI), pero pensamos que era necesario publicar, antes, uno sobre la banca en general, cosa que hicimos en el articulito 20. Con éste sobre el Banco Mundial cerraremos el ciclo inicial de los articulitos e iniciaremos otro donde intentaremos profundizar la cuestión del trabajo y la explotación que de él hace el capitalismo. Por diversas razones, algunas tecnológicas habíamos dejado de publicar esta serie, pero hemos regresado pues es evidente que necesitamos hablar mucho sobre esa perversión especial de la política que es la economía. Al fin y al cabo, «hablando se entiende la gente».

Comencemos haciendo notar lo siguiente: El banco Mundial (BM, GBM, World Bank Group, WBG en inglés) y la que antes llamé su herman@ gemel@ incestuos@ en el articulito anterior, y el FMI, son lo que se llama instituciones especializadas de la ONU, teóricamente comparables a la FAO, la OIT y en ese sentido se supondría que deberían colaborar realmente con los órganos de las Naciones Unidas en el cumplimiento de los fines de ésta (La Carta Fundacional de la ONU y la Declaración Universal de los Derechos Humanos). Pero eso nunca ha sido así, tanto el FMI como el BM hacen lo que quieren, pero no ellos que son simple «instituciones», hacen lo que quieren sus dueños, de los cuales hablaremos más adelante.

Si tuviéramos que ponerle un nombre a las acciones del BM desde su creación deberíamos usar la etiqueta del «Consenso de Washington», es decir sería parte de la agenda oculta que trata de imponer, cosa que logra en la mayoría de los casos, el liderazgo de USA a nivel mundial. Estudiar su historia, la del BM, que desgraciadamente no es nuestro propósito aquí, particularmente porque ese es un tema que no cabe en un artículo corto, sería sumamente diciente. Ver, por ejemplo, el papel que el BM jugó durante todo el período de la «guerra fría» o que sigue jugando al lado de la OTAN y el impresionante listado de golpes de estado financiados y ejecutados desde sus oficinas en Washington, nos enseñaría mucho más que cualquier otro análisis. Los que tengan curiosidad pueden buscar en internet o en algunos libros que hay al respecto y quedaran fascinados.

El Banco Mundial o Grupo Banco Mundial (BM 0 GBM) se fundó, simultáneamente con el FMI entre los años 1944 y 1945, aun cuando comenzó a funcionar casi un año después, en 1946 luego de que logró que sus objetivos y acciones quedaran bien claras y separadas de cualquier tontería filantrópica. Comenzó con la participación inicial de 38 países hasta llegar a los 187 países que lo componen actualmente. Países que son, supuestamente, iguales, solo que como siempre pasa en el mercado, que es donde efectivamente funciona esa corporación, todos sus miembros son técnicamente iguales, solo que hay unos poquitos que son mucho más iguales que todos los demás. El BM se fundó, no para ayudar a los países más pobres (que por cierto debiéramos llamar países empobrecidos o más bien países explotados), sino con la intención expresa de ayudar a la recuperación de las economías de los grandes países europeos que participaron en la II Guerra Mundial y que terminaron en la destrucción y en la pobreza y para ello necesitaban recurrir al dinero de los países más pobres, pues USA necesitaba su dinero para sus propios asuntos. La intención de «ayudar» a los países en dificultades económicas fue siempre una escusa para tomar sus dineros y controlar sus políticas, y  se extendió a todos los países del planeta con muy buenos resultados (buenos resultados para los dueños del banco, por supuesto). Poco a poco se fue formando el Grupo Banco Mundial (GBM), compuesto por diversos tipos de organismos (léase bancos) para distintos tipos de préstamos y operaciones.


Es muy importante insistir en que aunque el BM fue fundado desde y en relación con las Naciones Unidas (ONU), se mantiene política y administrativamente independiente de ésta, como veremos, depende únicamente de los intereses e intenciones de USA.

El BM está formado, actualmente, por cinco organismos:

1.    El Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF), International Bank for Reconstruction and Development (IBRD), en inglés: Fue la primera institución del BM creada en 1946, y otorga préstamos a los países de ingreso mediano y a los países más pobres pero que, supuestamente, pueden pagar su deuda y los intereses bajos que ofrece, pero a costa imponerles otras condiciones que empobrecen aun más a  dichos países (condiciones que luego describiremos al hablar de los PAE). La mayoría de sus fondos provienen de los mercados de capital internacionales (que cómo ya sabemos provienen, casi integramente, de la especulación financiera). El número de votos de sus miembros es según la aportación económica de cada miembro y sus oficinas están en el país que más dinero aporta, o sea en ambos casos, USA, país que tiene la oficina central y es quien toma las decisiones, todas las decisiones y que no permite que nadie aporte más que él a ninguno de los fondos del BM. Los préstamos y el interés deben ser devueltos en un lapso de 15 a 20 años. Todos los países son obligados a pagar a tiempo, o se atiene a las consecuencias. Si un país quiere ser miembro del BIRF tiene que ingresar al FMI que, como ya lo hablamos también se ocupa de controlar la economía y todo lo controlable de dichos países.
2.    La Asociación Internacional de Fomento (AIF), International Development Association (IDA) en inglés: Se creó en 1960 y otorga préstamos a los países más pobres sin recursos que sólo pagan una «comisión» inferior al 1% por gastos administrativos. Los fondos del AIF han representado en los últimos años el 25% de todos los recursos del Banco Mundial. Si un país quiere ingresar al AIF tiene que ser miembro del BIRF y aportar su cuota. Actualmente tiene alrededor de 160 países miembros. Sólo unos cuantos países están catalogados como muy pobres, en América sólo Haití, Bolivia, Honduras y El Salvador.
3.    La Corporación Financiera Internacional (CFI), International Finance Corporation (IFC), en inglés: Se creó en 1956 para otorgar préstamos a los empresarios con el fin de promover la inversión extranjera después de la II Guerra Mundial. La CFI ha prestado fondos a cerca de 2 mil empresas de 129 países. Tan solo en 1999, la CFI dio a empresarios, todos grandes y sin muchos requisitos, préstamos por 5.280 millones de dólares (No tenemos cifras actuales pues como estas son operaciones con empresas privadas y no con Estados, la información no se hace pública). Actualmente la CFI cuenta con 174 países miembros, las exigencias a los empresarios son mucho menores que las que se aplican a los países, como era de esperar.
4.    El Organismo Multilateral de Garantía de Inversiones (OMGI), Multilateral Investment Guarantee Agency, (MIGA), en inglés: Se creó en 1988 y es una aseguradora para las inversiones de los empresarios por si sucedieran guerras, disturbios civiles, terrorismo, o por si un gobierno no cumple con las reglas del mercado o expropia bienes que afecten las inversiones. Esta es otra forma como los gobiernos pobres subsidian a los grandes empresarios ya que tienen que devolver el dinero que la OMGI paga al empresario asegurado por perdidas. La OMGI, al igual de como ya decíamos de la CFI, por ser préstamos para los empresarios, tampoco da mucha información pública. Actualmente, el OGMI tiene 151 países miembros.
5.    El Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI), International Centre for Settlement of Investment Disputes (ICSID), en inglés: Se creó en 1966 para arreglar las diferencias y conflictos que puedan surgir entre los inversionistas extranjeros y el gobierno del país receptor de esa inversión, conflictos que siempre se resuelven a favor de los inversionistas, pues mientras las empresas pueden reclamar o asegurar sus inversiones, las comunidades indígenas, campesinas y población en general no tiene ningún espacio (dentro del organismo en sí) para reclamar daños que causan los proyectos del BM, y cuando recurren a las cortes internacionales, La Haya por ejemplo, no se sabe por qué, habitualmente pierden… Actualmente el CIADI tiene 131 países miembros.

Desde su fundación el BM no ha tenido un solo año de su existencia, en que no haya obtenido fabulosas ganancias por el pago de intereses que cobra por sus «ayudas» a los países, la especulación en las bolsas de valores y las cuotas que los gobiernos tienen que aportar para poder ser miembros y así tener derecho a pedir prestado al Banco.  Pero simultáneamente, el endeudamiento de los países más pobres o en vías de desarrollo llegó a tal grado, que el BM tuvo que comenzar a prestar a los países más pobres, para que le pagaran los intereses que le debían al propio BM, razón por la cual, decíamos antes, que en la práctica las deudas con el BM han pasado a ser de externas a ser «eternas». Prestamos que, para completar (ya lo veremos) han sido otorgados condiciones muy severas, definidas en lo que se ha llamado «Programa de Ajuste Estructural» (PAE).

Pero a todas estas ¿quién es el dueño del Banco Mundial? Bueno, aunque se supone que todos los países miembros son igualmente «dueños» del BM, los siete países accionistas más importantes son los verdaderos jefes del banco (por aquello de hay unos que son mucho más iguales que los otros), USA, Japón, Alemania, Francia y el Reino Unido, Canadá e Italia, quienes forman el llamado G-7. Pero es interesante, muy interesante, el hecho de que el voto de cada miembro va en función del tamaño de su aporte y USA se ha ocupado de que bajo ningún concepto ningún otro país pueda ni siquiera acercarse a el tamaño de su voto, hasta el punto de que puede votar, y de hecho ha pasado en varias ocasiones, en contra de sus seis aliados y ganar la pelea. Lo que en los hechos significa que el G-7, es algo así como el grupo gerencial del banco, que tiene un único dueño: El 1% dueño del sistema capitalista mundial. Así,  en el BM el único consenso que existe es el de Washington, más nada.

Existe una instancia, además. la Asamblea de Gobernadores del BM que se reúne una vez al año (septiembre u octubre) instancia en la cual no se decide nada, sólo se presentan informes. Y otra de 24 Directores Ejecutivos escogidos, otra vez, según su aportación económica al BM. USA tiene el voto más fuerte, le siguen Alemania, Francia, Japón y el Reino Unido con un voto cada uno, el resto de los 182 países conforman los otros 19 votos agrupados de tal forma que la suma de sus aportaciones económicas equivalga a un voto equivalente, al menos, al de menor aporte entre los cinco primeros. El Directorio Ejecutivo nombra al Presidente del BM. Este cargo lo asume siempre el país que más aportaciones económicas tiene en el BM y su puesto se renueva cada cinco años. Por supuesto ese país es siempre USA. Actualmente el presidente del BM es un gringo con cara de chino. Además de las oficinas centrales, que por supuesto están en Washington, existen 67 oficinas mas en todo el mundo pero en ninguna de ellas funciona en realidad de manera importante, son algo así como puntos recolectores de papeles y solicitudes (aunque algunas personas, todas malintencionadas ellas, opinan que son centros de espionaje e inteligencia).

Es particularmente interesante que el dinero que el BM le presta a los países pobres proviene principalmente de los impuestos de las personas y otros fondos públicos que recaudan los gobiernos de esos países pobres. El BM obtiene, además, grandes ganancias por especular con los precios del petróleo, de las medicinas y de los alimentos esenciales en las bolsas de valores del mundo, ya que ha logrado que esas ganancias, que están destinadas a «ayudar» a los países pobres y a «salvar» empresarios, estén libres de impuestos. Sin embargo, es tanta la deuda externa que ha creado en los países más pobres, que fácilmente se podría financiar con los intereses que pagan los gobiernos de estos pobres países.

Vemos con claridad que el BM es exactamente eso, «el» banco mundial, es decir el banco más grande del mundo, dueño, indirecto al menos, de casi todos los bancos centrales e instituciones financieras que existen, y decimos indirectamente porque aunque no sean «dueños» según las leyes nacionales de esos bancos, los controlan de manera absoluta. Además el BM presta cada año centenas de miles de millones de dólares a sus «clientes»: gobiernos de países pobres y empresas ricas. Aparentemente el BM se dedica íntegramente a cumplir con su misión de «combatir la pobreza» en el mundo y otorgar préstamos a bajos intereses. Sin embargo, la pobreza actual y global supera largamente los 3 mil millones de personas que viven con menos de dos dólares al día, población que desgraciadamente aumenta constantemente y casi a diario. ¿Cómo entonces el BM dice haber combatido la pobreza en más de 50 años de existencia? La clave para entenderlo está en que como todo banco, el BM es una institución para hacer buenos negocios, como ellos mismos reconocen. No es ningún institución humanitaria, de caridad y mucho menos para distribuir la riqueza del mundo, es simplemente el banco del 1%, es decir de los verdaderamente grandes propietarios del planeta, a través del cual estos someten al 99%.

Y esto lo hacen con el llamado «Programa de Ajuste Estructural (PAE)» que el BM impone como condición ineludible a los gobiernos de los países pobres para otorgarles sus «humanitarios» préstamos, programas que consiste en ajustar la estructura de los países en términos económicos y políticos con el fin de adaptar el país al más absoluto libre mercado y a las políticas macroeconómicas neoliberales más extremas, para facilitar el acceso y control del capital transnacional de las empresas más poderosas de la mundo en los mercados nacionales de los países pobres, y a sus recursos naturales y su fuerza de trabajo (no sería peyorativo si a esta altura, en lugar de países pobres comenzamos a llamarlos pobres países). Lo cierto es que el BM con una mano «ayuda» con préstamos a bajos intereses a los países más pobres por medio de la AIF, pero con la otra mano exige medidas severas que  solo benefician a las economías del 1% y les aseguran sus inversiones con la OMGI. Las medidas severas de los Programas de Ajuste Estructural del BM se realizan en estrecha coordinación con el FMI para la liberación económica y reformas políticas de los Estados. Por tanto, se otorgan prestamos a condición de que los gobiernos impongan a sus pueblos medidas como las siguientes:

1.    Privatizar las empresas, instituciones, dependencias o áreas controladas por los gobiernos (teléfonos, carreteras, minas, puertos, aeropuertos, gas, petróleo, recursos naturales, agua, energía eléctrica, educación, ingenios azucareros, salud, instituciones de investigación, servicios, etc.). Lo que lleva a dejar en manos de los inversionistas el monopolio sobre los servicios básicos además de generar desempleo y al deja al Estado sin recursos reales.
2.    Eliminar los subsidios que habitualmente otorgan los gobiernos pobres a los alimentos y otros programas sociales, es decir declarar una total liberación de mercados y de los precios. Se argumenta que los subsidios otorgados solo a unos (los pobres) no son justos, pues no son equitativos, y generan  comercio desleal, etc. Pero esa eliminación de subsidios lo que realmente crea es mayor pobreza, pues afecta de manera directa a las grandes masas poblacionales que ya, de hecho , no pueden pagar por su supervivencia y solo generan grandes movimientos migratorios, inflación, aumento de los precios de los productos básicos, etc.
3.    Eliminar o reducir a su mínima expresión el gasto social real y directo, es decir la inversión en salud, educación, servicios, etc. Los empresarios argumentan que la inversión privada se encargará de distribuir estos servicios a la población. El BM mundial, con estas medidas, solo se asegura de que el gobierno tenga dinero para pagar su deuda, no importa si los pueblos se mueren de hambre.
4.    Adecuar las leyes y reglamentos para eliminar los obstáculos nacionales a las empresas transnacionales (leyes laborales, de inversión, etc.).
5.    Fortalecer los sistemas judiciales locales para dar seguridad a las inversiones, supuestamente para combatir la corrupción, etc.
6.    Asegurar los derechos de propiedad con el fin de que las empresas tengan seguridad jurídica sobre la tenencia de la tierra.
7.    Liberar el mercado por medio de la eliminación de los aranceles a las importaciones y de todos aquellos mecanismos que obstaculicen (administrativa, jurídica o económicamente) la exportación e importación de bienes e insumos.
8.    Devaluar las monedas nacionales y hacerlas absolutamente dependientes del dólar.
9.    Reducir a su mínima expresión los ejércitos nacionales, además de establecer como único proveedor los traficantes de armas del G-7.

Todo este conjunto de medidas persiguen en el fondo, el desmontaje de los estados-nación, reduciendo los gobiernos al simple papel de administradores locales de los intereses económicos de los dueños del BM.

En la medida en que un gobierno va cumpliendo, estrictamente, con el PAE (no se confundan, ya sabemos que no tiene nada que ver con el programa de alimentación escolar de la FAO), el BM va desembolsando, muy poco a poco, el resto del préstamo. No está de más aclarar que el PAE se aplica solo a los gobiernos de los países pobres y no a la empresas ricas.

El BM facilita, también, en aquellos aspectos que beneficiara a la inversión extranjera, los llamados préstamos de ajuste sectorial. Así, presta a un país para que mejore la infraestructura de carreteras que requieren las empresas; para mejorar los ferrocarriles u otra empresa que luego se le exigirá privatizar; para dotar un parque industrial con la infraestructura necesaria a la inversión extranjera; para hacer estudios de factibilidad para las inversiones; para que un gobierno modifique las leyes que beneficiara al «libre» mercado o que permitan ejecutar las privatizaciones; para pagarle al mismo BM; para que modifique las leyes de hacienda con el fin de que el gobierno garantice más impuestos para pagar su deuda; etcétera.

El BM, gracias a los PAE, termina otorgando cada año más préstamos para pagar los intereses y el capital que le deben sus mismos «clientes»; que para proyectos reales de desarrollo, para inversiones especificas o para ayudar, de verdad, a los países más pobres. A estos, a los más pobres, les ofrece perdonarles su deuda años después de que hayan realizado medidas más severas de Ajuste Estructural.

Para «evitar» que estas políticas agudicen la miseria, el BM otorga préstamos para amortiguar el golpe de la pobreza. «El Grupo Consultivo de Ayuda a la Población más Pobre» presta apoyo a las instituciones financieras que otorgan préstamos, generalmente entre 50 y 100 dólares por persona (no es un chiste), como máximo, y con frecuencia a mujeres, para ayudarles a poner en marcha pequeñas empresas tales como fabricación de ropa, artesanías, o producción de lácteos. Esto significa la intención de mantener sólo a nivel de subsistencia la mano de obra, pero no para hacerlos competitivos en el mercado internacional, y así garantiza dos cosas: que se mantenga el ejército de reserva para mantener activo el mercado de trabajo y los ciclos de circulación del capital, y venderles a la gente la idea de que ahora son productivos.

Durante las últimas tres décadas, las políticas del BM han creado condiciones de pobrezas alarmantes. En su Informe sobre Desarrollo Mundial de 1990 se plantearon reducir en 300 millones el número de pobres en el mundo para el año 2000; cosa que no solo nunca ocurrió, sino para finales del siglo pasado el número de pobres absolutos había aumentado, gracias a las ayudas del BM, en  más 220 millones, es decir al momento de cumplir la meta había más de 500 millones de pobres nuevos que al principio.

En sus propios informes, el BM y los organismos colaterales reconocieron a finales de la década pasada que de los 4.700 millones de personas que viven en los más de 100 países que son clientes del BM (es decir los países que sufren las ayudas del BM), 3 mil millones de personas viven con menos de dos dólares diarios; 40 mil mueren cada día a causa de enfermedades previsibles; 130 millones de niños no asisten a la escuela primaria, y el 80% de ellos son niñas; mil 300 millones carecen de agua potable para beber y no hacen una ración completa diaria. Además argumentan sin rubor que «… el aumento de la pobreza puede producir efectos adversos en las naciones más ricas, pues disminuyen los mercados y las oportunidades de inversión…». Y lo realmente grave, es que no tienen ningún problemas en reconocer que esta pobreza que han provocado con sus planes de ayuda es subsidiada por los impuestos que pagan los cada vez más pobres. En otras palabras, los más pobres del mundo entregan su dinero al BM para que este los haga cada vez más pobres. Pero eso no importa sino a nivel de estadísticas. Lo importante es que el mercado mundial sigue funcionando y produciendo excelentes ganancias al 1% de los habitantes del planeta.

Definitivamente, al llamar al BM, «La gran estafa» no estamos pensando en una película de ficción.

Pensemos que Venezuela tiene 17 años que no solicita préstamos al BM, aun cuando parte importante de su deuda «e(x)terna» es con ese organismo diabólico, que, sin dudas, se retuerce cada día por el hecho de que al no tener nuevos compromisos con el país, no puede aplicar nuevos «PAE» que nos ayuden, cosa que nos hace relativamente independientes de su nefasta influencia. ¡Una de las razones por las cuales Venezuela, Bolivia y otros pocos países somos tan malos ejemplos!

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