[COLUMNA PRESTES] La Economía Política del capitalismo en el Covid-19

El Covid19 ha sacudido a la humanidad. Hasta la fecha se registran en el mundo más de 9 millones de personas contagiadas y más 480 mil fallecidos. Se estima que su impacto continuará hasta el hallazgo y puesta en circulación de la vacuna, prevista para final de año o incluso el año que viene. Mientras tanto, la gran mayoría de la población del planeta es forzada a medidas de confinamiento y distanciamiento.

A la par de estas medidas, con la paralización de sectores importantes de la economía y la recesión de la producción mundial, se agrava la tendencia a la crisis de la caída de las tasas de ganancias. Las oligarquías financieras y los Estados no esperan a que baje la marea y optan desde ya por emprender medidas de ajuste contrarrestantes: el desempleo, los desahucios o desalojos forzosos de la vivienda, los recortes sociales, los endeudamientos públicos y salvajes a los privados, son los signos de la economía política en el Covid-19.

El Origen: La superproducción de maquilas, columna de soporte y valorización del capital financiero monopolista, forzada continuamente a rebasar los límites absolutos ambientales y de salubridad aunada al sub-consumo de las masas ante la precarización laboral y el desempleo crónico, han propiciado las condiciones para la activación de virus, su mutación y su afectación sobre el ser humano y la incapacidad de prevenirlos y organizarse oportunamente, varias pandemias han brotado en los últimos años (ebola, gripe aviar, porcina, Sars, Covid-19).

Expansión: Resulta inevitable que en sociedades forzadas a intercomunicarse por el mercado mundial que el Covid-19 se haya expandido rápidamente y haya alcanzado el grado de pandemia.

Tratamiento: La «racionalidad» de la producción, distribución y de servicios (como el turismo) centrada en las ganancias privadas retrasó y aplazó la toma de medidas de prevención, aislamientos y cercos epidemiológicos en la mayoría de los países. Exponiendo de este modo a la clase trabajadora a ser contagiada y expandir la pandemia (caso Reino Unido, España, Italia, Estados Unidos y Brasil), ha sido en un auténtico pulseo sobre los Estados, que las clases trabajadoras conquistaran las cuarentenas para salvar sus vidas. Sin embargo, en la mayoría de estos Eestados también cedieron ante sus burguesías para que los riesgos de caída de sus tasa de ganancias fueran lanzados al Estado o a la clase trabajadora a través de desahucios y despidos masivos. Aquí los estados han hecho realmente poco, salvo contadas excepciones.

Colapso: A la par, los sistemas privados de salud y la industria monopólica de medicamentos excluyen a las mayorías trabajadoras y sobre todo a la población vulnerable de tratamientos y servicios médicos fundamentales para tratar esa enfermedad.

Los sistemas de salud se muestran superados por esta pandemia especialmente ante la insuficiencia de los reactivos para detectar la presencia del virus, las escasas unidades de cuidados intensivos para tratar la neumonía y de la vacuna para contrarrestar esta enfermedad.

La Economía Política del capitalismo en el Covid-19

Con la pandemia se profundiza la crisis de la economía mundial, a saber: a) contracción de la producción global, recesión estimada en más de 5%; b) caída de las principales bolsas en el mundo; c) desplome del comercio mundial estimado en 15%; d) crisis del sector turismo, servicios, etc.

Todas estas situaciones le abren las puertas a un periodo de severos ajustes por parte de las oligarquías financieras que buscarán contrarrestar a las caídas de sus ganancias sometiendo a la humanidad trabajadora a mayores penalidades.

Ya vemos que estas medidas contrarrestantes están en marcha, los endeudamientos, las sanciones y medidas arancelarias, el desempleo. Se estima que la pobreza se incrementará en América Latina en 4.4%, y la pobreza extrema crecerá en 2.6%, cerrando con 13%.

Los pueblos trabajadores no podemos llamarnos a engaños y a falsas ilusiones de que “el mundo será irremediablemente más humano después de la pandemia”, como dicen algunos, y por el contrario prepararnos para una dura lucha mundial.

La primera campanada de esta lucha mundial de la clase trabajadora contra los ajustes capitalistas se ha registrado en los Estados Unidos, como reacción al asesinato a manos de la policía del afroamericano George Floyd, lo que ha desencadenado la indignación y la movilización de importantes sectores sociales. La congresista Alexandria Ocasio Cortez se ha referido a que estas manifestaciones no sólo son contra el racismo, sino que han incorporado la lucha contra los desahucios, contra el desempleo, por más subsidios al sistema de salud norteamericano, entre otras demandas.

La solidaridad mundial no ha hecho esperar, en tanto que en muchos países se registraron enormes marchas de solidaridad con las luchas del pueblo estadounidense, demostrando que la solidaridad de la clase trabajadora puede expandirse con la misma velocidad de una pandemia, y que juntos padecemos el mismo drama de la mano de similares verdugos.

Los pueblos debemos señalar sin atisbos de dudas que el ecosistema de este virus y de la tendencia de activación/ propagación de otros más es la propia sociedad capitalista.

Frente a la gran amenaza de ajustes económicos y políticos que se nos viene en forma de avalancha, los sectores revolucionarios debemos responder con un programa de luchas, de movilización y de solidaridad global. Por tanto, esta situación hace más vigente aquella consigna “Proletarios del mundo UNÍOS”.

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