[OPINIÓN] Chávez es Socialismo, y Socialismo es Propiedad Social

Ante el convulsionado escenario político, un sin fin de llamados a la revisión, rectificación y otras R’s a la enésima potencia, han tenido lugar en el seno del chavismo. El sostenimiento de la agresión económica burguesa contra el Pueblo y la imposibilidad de su derrota por el campo bolivariano, ponen el foco de las miradas en las políticas económicas. Tod@s (aparentemente) coinciden en reconocer la no superación de la economía rentística, como el factor estructural de la crisis económica y cultural, que hoy se manifiesta con crudeza, pero que arrastramos desde hace casi un siglo. Frente a la contingencia económica, el llamado a la producción nacional invocado por el ejecutivo, se convierte en un fin que justifica sus medios, omitiendo el debate en torno a cómo producir, bajo qué formas de propiedad y estableciendo qué tipo de relaciones sociales, fundamentos que determinan el carácter de la producción que se impulsa y la naturaleza del programa económico emprendido.

Un grueso sector piensa -obviando el rasgo lumpen y parasitario de la llamada burguesía nacional- que sin el sector privado la tarea productiva no sería posible, justificando así las recientes políticas de alianzas con la burguesía empresarial, que representa, paradójicamente, el enemigo principal de la llamada guerra económica. Nunca vimos una guerra en la que un bando salga victorioso con las colaboraciones y “favores” del otro bando, ni un Socialismo que acuda a alimentar al capitalismo para sobrevivir, o lo que el Comandante Chávez reafirmaba una y otra vez: “…no quiero que nosotros caigamos en las trampas del reformismo o del pactismo con la pequeña burguesía (…) aquí se trata de una Revolución no del reformismo que al final termina siendo nada, como el gato pardo, cambiar todo en la superficie para que en fondo nada cambie, aquí hay que cambiar el fondo y después irá cambiando la superficie…”1

A 17 años de Revolución Bolivariana y 10 años después de su declaración Socialista, que todavía exista esta ambigüedad en torno a la propiedad de los medios de producción, evidencia la batalla ideológica que aún está por darse en el seno del proceso. Muestra de ello son las recientes declaraciones de dirigentes del partido de gobierno, afirmando que: “las políticas de expropiación fueron un error”. Políticas que se impulsaron con un Comandante Chávez en sus años más lúcidos y radicales, donde nos insistía hasta el cansancio: “En el capitalismo domina, se convierte en hegemónico las relaciones de propiedad privada, en el Socialismo no, (…) estamos planteando un modelo económico donde debe imponerse la hegemonía de la propiedad social de los medios de producción, no de la propiedad privada, de la propiedad no social…”2

De todo este alboroto, la Propiedad Social de los Medios de Producción termina siempre siendo la gran responsable de todos los males económicos para reformistas, neoliberales, keynesianos y demás familiares: chivo expiatorio para reformistas y demonio burocrático para neoliberales. Ahora bien, sin duda la situación actual exige revisar a fondo el estatus de tierras e industrias recuperadas por el Comandante Chávez para el beneficio de la sociedad pero con todos los factores en mesa, entre ellos, que no tras toda recuperación se asumió un modelo de propiedad social, sino un abanico de formas más colectivas o mixtas pero no-sociales. La revisión profunda de esas gestiones debe darse, pero de allí a cuestionar la recuperación de los medios de producción con los que la burguesía nos ha expoliado históricamente, hay un trecho enorme. Cuando una empresa capitalista va en picada, cambian a sus directivos, se asesoran con expertos financieros, recurren a ayudas crediticias, etc. Pero jamás cuestiona su régimen de propiedad, el capitalista al respecto nunca titubea. Jamás verá usted a un capitalista convocando a las comunas del entorno de la fábrica para evaluar la viabilidad de una propiedad comunal, ni sentarse con el estado para que este la asuma. El burocratismo, la corrupción, las políticas reformistas y los injertos de propiedad no-social deben ser puestos bajo la lupa. De lo contrario será el Proyecto todo, el Socialismo, y no una gestión particular (o un gobierno particular), lo que quede derrotado en el imaginario colectivo.

La Propiedad Social, la propiedad de los 30 millones de venezolanos, no es un capricho trasnochado ni una obligación ciega, representa una necesidad histórica, una premisa innegociable si decidimos avanzar realmente al Socialismo como proyecto abolicionista de la explotación humana “…sólo en el Socialismo el hombre podrá tener existencia humana. En el capitalismo, la existencia es subhumana, eso es peor que la existencia de un perro, es peor que la existencia de una serpiente…”3

“El avance al Socialismo con las herramientas del capitalismo es imposible, dijo el Che Guevara y lo digo yo también, no se puede construir el Socialismo con las armas melladas del capitalismo, no se puede, como Morrocoy no sube a palo ni cachicamo se afeita…”4

Referencias

1. Comandante Hugo Chávez. Aló Presidente Aló Presidente n° 327. 15 de Marzo 2009.
2. Comandante Hugo Chávez. Discurso Clausura del I Congreso Nacional de Economía Social. 08 de Mayo de 2009.
3. Comandante Hugo Chávez. Aló Presidente Aló Presidente n° 327. 15 de Marzo 2009.
4. Comandante Hugo Chávez. Aló Presidente Nº 366. 31 de octubre de 2010
todas tomadas del libro «La Propiedad Social Base del Socialismo – Discursos del Comandante Hugo Chávez Frias» edición, selección y compilación de María Ángela Rico y Mary Eugenia Álvarez.

*Artículo originalmente publicado en la edición 16 del periódico Politi-K / @Politik_ve

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