[PETRÓLEO] Ruido de cambio en el CRP

Por José Ariza

Se viene hablando de la sucesión en la Gerencia General del CRP (Complejo Refinador Paraguaná); pero antes de entrar en el tema vamos a hacer una brevísima reseña histórica de lo que hemos considerado es el mayor centro refinador del mundo.

El CRP está constituido por las refinerías de Cardón, Amuay y Bajo Grande en el estado Zulia. Para poner un año como ejemplo de la producción de esas dos refinerías 1995, Amuay procesó 475.000 BD (Barriles Diarios), Cardón procesó 289.000 BD y Bajo Grande 6.000 BD para un gran total de 770.000 BD. La Gerencia bien sea de Amuay o de Cardón era la antesala para la Presidencia de PDVSA; ese era el peso específico de las dos grandes refinerías paraguaneras, que representan el motor energético del país, y no es solo gasolina, incluimos todos los derivados de ese proceso de refinación, aceites, y otros sub productos de variada importancia para nuestro sector industrial.

Tanto ayer como hoy, el peso específico del complejo refinador sigue siendo determinante para el país; entonces cabe la pregunta, ¿puede un gerente de una tienda de zapatos convertirse en gerente general de ese complejo neurálgico para nuestra economía?. La escogencia del símil con la tienda de zapatos en ningún momento es peyorativo, solo pretende establecer las diferencias naturales en las actividades ejemplificadas, pudiera tratarse de distribución de verduras, comida, leche, gas etc, etc.

La gerencia del CRP aún en la condición de guerra actual que se refleja en la situación operativa del complejo refinador y como muestra la ausencia presente de Puerta 3 de Cardón, es un reto técnico político administrativo de mucho nivel. Durante la cuarta república para ese puesto se destinaban los mejores cuadros; así debemos actuar nosotros, nuestros mejores cuadros técnicos y políticos deben asumir esa Gerencia.

No cometer errores como los cometidos en la empresa hidrológica, donde enviaron en la década pasada a gerenciar a cuadros ajenos a esa actividad de servicios, sin carrera en la institución y con la única medalla que lucían,  la de pertenecer a una tendencia dentro del chavismo; esos cuadros por desconocimiento del negocio, por falta de identificación, terminaron quebrando Hidrofalcón, que dentro de las empresas del sector llegó a ser una referencia nacional, hoy arrumada en un pasado lleno de sacrificios y de cumplimiento, viendo a una hermosa avenida, asomando por sus ventanales como única perspectiva su privatización, su vuelta a la lógica del capital, que solo traerá infortunio, porque la misión de las empresas del capital es hacer dinero, en Hidrofalcón no falló la lógica social falló una gerencia que no era de la empresa.

Pero volviendo al CRP, y situándonos en la época conflictiva que hoy vive Venezuela, con más razón esa gerencia debe asumir la política del día a día al lado del pueblo, acompañándolo en sus luchas, quehaceres y sueños, de eso se trata. No decimos con esto que los candidatos deben tener una hoja de servicios como la de Iván Hernández, quien acompañó al proceso revolucionario en una etapa, difícil, en una etapa macha, como fue la recuperación del CRP luego del sabotaje petrolero del 2 de diciembre del 2002, Hernández entra a la industria con 17 años de edad arrancado como obrero, laborando por 41 años, alcanzando la gerencia de Lagoven (Amuay), no se pretende eso, pero quien dirija al CRP debe tener una vasta formación técnico administrativa, experiencia en procesos de refinación, que aporte y además debe ser un cuadro político de primer nivel, que sepa coordinar con las otras instancias de poder dentro del estado, con respeto, lealtad  compañerismo y no lo que se vivió en la década pasada donde la gerencia del CRP era manipulada según los intereses de una parcela; de eso no se trata, se trata de un trabajo, en equipo teniendo como sur los intereses de la patria y el bienestar de la población.

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