[Economía en Línea] El negocio millonario de ser feliz
En las últimas décadas, el discurso motivacional de autoayuda se ha posicionado en el escenario laboral y empresarial, llevando a sustituir la formación profesional por la formación motivacional en varias empresas.
Según la International Coaching Federation (ICF), en 2023 existían más de 109 mil coaches profesionales ofreciendo talleres y charlas a 1,3 millones de clientes. En el caso de América Latina y el Caribe se contabilizaron casi 17 mil trabajadores del sector. Los ingresos absolutos de esta industria multinacional se estimaron en 4.500 millones de dólares para el año 2023, convirtiéndola en una de las actividades más rentables de la llamada economía mindfulness.
Estimaciones del Monitor Coaching Venezuela (2023) refieren 11 mil trabajadores del sector cumpliendo actividades en Venezuela, mayoritariamente en la banca y los consorcios nacionales e internacionales, con ingresos facturados entre 2022 y 2023 por un valor de 822.242 dólares, revelándolo como un sector en pleno crecimiento y con alta influencia entre los directivos de las grandes empresas del país.
El mindfulness empresarial no solo se ha convertido en un instrumento ideológico enormemente eficiente para mejorar la eficacia y disciplina empresarial, sino que también ha servido para justificar algunos de los aspectos más crueles de la economía de mercado, para escusar sus excesos y maquillar sus locuras, permitiendo introducir nuevas técnicas para reconfigurar las concepciones de trabajo y de trabajador, adaptándolas a las nuevas necesidades y exigencias del ámbito empresarial.
Esta ideología se esfuerza por borrar las divisiones de clases y los problemas estructurales, proclamando que todos somos, en palabras del filósofo Slavoj Žižek, «emprendedores del yo», diciéndonos que, si bien no podemos confiar en tener un empleo seguro, digno y confiable, sí tendremos la oportunidad de reinventarnos y descubrir nuevos e inesperados potenciales creativos de nuestra personalidad.
En un mundo cada vez más desigual y precario, estas referencias e ideas resultan claramente favorables a la clase explotadora, según el más reciente informe de la Organización Internacional del Trabajo «Perspectivas Sociales y del Empleo en el Mundo (2024)». Existen en el mundo 435 millones de personas con una necesidad insatisfecha de empleo, es decir, que se encuentran en paro permanente, y más de 2000 millones que se ubican en una situación laboral informal, total o parcialmente precarizada.
A lo anterior se suma el hecho de que en la mayoría de los países los salarios reales han disminuido por los efectos de la inflación. «Todo parece indicar que, en un futuro próximo, las perspectivas del mercado de trabajo se deteriorarán», según la descripción literal del informe. Como se ve, esto nada tiene que ver con la capacidad de los trabajadores y trabajadoras para reinventarse o redescubrirse.
En nuestra región, la gran burguesía, muchas de ellas promotoras de esta ideología, siguen aumentando su riqueza en detrimento de los trabajadores. El más reciente informe de Oxfam «Econonuestra, es tiempo de una economía para todas y todos» así lo demuestra.
El 1% más rico de Latinoamérica y el Caribe (LAC) concentra casi 43,5 de cada 100 dólares de la riqueza total, mientras que la mitad más pobre de la población en su conjunto solo concentró 0,8 de cada 100 dólares. Esto significa que el pequeño grupo de las personas más ricas de LAC acapara 55 veces más riqueza que la mitad más pobre de la región.
La riqueza de cada uno de estos superricos crece a un ritmo de US$43,7 millones al día o US$306 millones a la semana. Es decir, un trabajador con el salario mínimo promedio de la región tendría que trabajar 90 años para ganar lo mismo que gana un multimillonario latino-caribeño promedio en un solo día.
Estos son problemas estructurales que superan cualquier cambio de conciencia o transformación emocional en los trabajadores; más que autoayuda o coaching, lo que amerita estas contradicciones son movilización y luchas de clases. ¿Qué opinas?
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