[ENTRELUCHAS] Nos declaramos en Emergencia Feminista

A raíz de la gravedad de los últimos casos ocurridos en el Estado Portuguesa, de la región de los llanos venezolanos, creemos necesario entender por qué parece recrudecer la violencia hacía nosotras las mujeres en la actualidad; por qué, con todos los años de lucha feminista, avances institucionales e incremento de las denuncias, seguimos siendo maltratadas, violentadas, ultrajadas, violadas y asesinadas.

La ola opresiva y patriarcal viene con toda su fuerza para retroceder los avances que han logrado miles de mujeres a lo largo de la historia. Es indudable que nos siguen matando, por esto consideramos necesario entender el contexto y los personajes para ir a la raíz del problema.

Desde el 2019 la compañera Aime Zambrano y la organización Utopix, desarrollaron el “Monitor de Femicidios Venezuela”, un espacio de investigación hemerográfica de los distintos casos de femicidios que ocurren en el país. A partir de ese espacio de investigación se han podido cuantificar y analizar las graves consecuencias de los femicidios en nuestro país. Cifras que, aunque dependen de las reseñas que hacen los medios de información tradicionales en las regiones, ahora están disponibles para toda la sociedad.

Nos preguntamos también si en Venezuela se ha hecho un perfil del femicida o agresor, de sus características sociales y psicológicas. Estas, y otras interrogaciones, las responderá Aimee Zambrano, en esta entrevista.

1.- De acuerdo a los datos arrojados por el Observatorio de femicidios, se evidencia entre 2020 y 2021 un incremento de estos delitos en el país, ¿Consideras que el confinamiento motivado por el Covid-19, aunado a la crisis económica venezolana han influido y exacerbado a los agresores a cometer los femicidios?

A.Z: “En enero del año 2020 fue el pico donde ocurrieron la mayor cantidad de femicidios, fueron 34 femicidios, y vemos que en ese momento no se habían tomado las medidas de confinamiento por el Covid-19. Para ese momento, en el Monitor de femicidios que llevamos, le dimos una explicación a este pico que tenía que ver con las fiestas decembrinas, la entrada de remesas y el flujo de dinero que se dio en diciembre del 2019, lo que desembocó en la depresión que ocurrió luego en enero del año 2020, toda esta situación económica, creemos nosotras, que incidió en la cantidad de casos. Incluso podemos recalcar que en la madrugada del primero de enero de 2020, justamente, ocurrieron 5 casos reseñados, lo que es un indicador para nosotras.

Sí consideramos además, que el tema del confinamiento a raíz del Covid-19 incidió en que ocurriera un aumento en la cantidad de casos, esto dado porque las mujeres están las 24 horas del día, los 7 días de la semana encerradas con los agresores. Con todo y que los cuerpos de seguridad han expuesto que ocurrieron una menor cantidad de denuncias por el tema de la violencia, las organizaciones y los colectivos que realizan acompañamiento a mujeres víctimas de violencia alegan que por la cuarentena, y por la escasez de gasolina y otros servicios, sobre todo en el interior del país, los cuerpos policiales no estaban atendiendo las denuncias adecuadamente. Incluso, se tienen los relatos como pruebas, de que los cuerpos policiales decían que no podían ir a los sitios porque no tenían gasolina para moverse. Aquí es donde se evidencia la falta de atención a las denuncias, lo que incidirá en el aumento de casos.

Por otro lado, vemos que aunque el tema de las sanciones y la crisis en Venezuela no son el foco que genera los femicidios, si vemos que es una especie de dispositivo que expone más las actitudes de violencia del hombre hacía su familia o entorno cercano, puesto que la situación económica dificulta la posibilidad del hombre de cumplir el mandato patriarcal “que le fue asignado”, de resolver el sustento económico, generando grados de frustración que terminan reflejándose en actitudes altamente agresivas contra las mujeres, niños, niñas y adolescentes del hogar. Por esto lo incluimos como un indicador de las causas, algo que tiene que ver más con el contexto político económico.

De igual forma, suma la visión o idea que se tiene sobre las mujeres y niñas como objetos y propiedad de los hombres, o la construcción del amor romántico. La construcción del discurso de las relaciones posesivas, donde los celos están vistos como una muestra de amor, es un relato que nos venden desde pequeños. Por esto vemos como un 15% de los casos los hombres que cometen los femicidios, terminan suicidándose. Precisamente una suerte de relató de película o de telenovela.

En sintonía con lo anterior, también vemos el papel que cumplen los medios, quienes terminan reproduciendo muchas veces o mostrando los femicidios desde una visión de espectáculo, una hiperespectacularización de los femicidios; esto ocurre muchas veces en países como Argentina. Acá en Venezuela lo que vemos en los medios es que hablan de los casos y te los muestran de una manera muy escabrosa, morbosa, dan muchos detalles sobre el acto criminal. En algunos medios usan fotos del cuerpo de las mujeres muertas. También ha pasado que terminan revictimizando a las mujeres, concluyendo con que las mujeres se merecían la muerte, de alguna manera, justificando el por qué el hombre mato a esa mujer, lo que genera algo que Rita Segato ha llamado “La pedagogía de la crueldad”. La pedagogía de la crueldad tiene que ver por un lado, con las formas en la que se relatan los hechos, que logran que la sociedad se deshumanice, normalizando esta realidad.

En mi opinión, los casos de femicidios se deben seguir reflejando desde otra forma de relatar la situación, porque debemos insistir en denunciar y hablar sobre los femicidios.

En este análisis de los casos, otra cosa que estamos observando, es como las bandas delincuenciales están asesinando a las lideresas comunitarias, a las mujeres de la comunidad, para intimidar a otras lideresas e intimidar a la comunidad en general, como una suerte de expresión de poder. Asesinan a las lideresas y dejan los cuerpos expuestos en espacios públicos, a veces con mensajes. Así vemos como aparecen otras formas más cruentas de femicidio en Venezuela”.

2.- ¿Ustedes han hecho alguna investigación sobre el perfil del femicida o agresor en nuestro país?

A. Z.: “El estudio que nosotras hemos venido haciendo sobre el perfil del femicida o agresor, tiene que ver con las causas. Entre los primeros elementos que vemos, es que la edad en que la mayoría de los hombres femicidas se encuentra, es entre los 16 y los 45 años. También vemos que la mayoría de los femicidios ocurren por arma de fuego, por lo que suponemos que son de cuerpos de seguridad, o tiene acceso a armas. Muchos además, son hombres que están en bandas de delincuentes.

Igualmente vemos que un 15% de los femicidas se suicida; un 10% terminan muertos por enfrentamientos; un 50% de los hombres terminan presos; y rápidamente liberados.

Otro elemento, es que la gran mayoría de los femicidios que ocurren en Venezuela son femicidios íntimos, son parejas, ex parejas o familiares que terminaron asesinando a las mujeres de su entorno, a las mujeres cercanas con las que tienen relación.

Algo que ha llamado bastante la atención, es que en algunos casos, no se puede decir que en todos, pero en algunos casos, la mujer víctima de femicidio es mayor, y el hombres es mucho más joven.

Hemos observado también el caso contrario, en muchas situaciones las mujeres adolescentes tienen parejas de 40, o que les llevan muchos años. Son casos donde puede haber abuso sexual, o  violación. Incluso hay casos de mujeres que eran familia, eran hijastras y terminaron siendo parejas de estos hombres, algunas veces teniendo hijos de de ellos y cuando éstas se quieren separar, los hombres las terminan asesinando.

Hay cierta cantidad de casos en las que las mujeres ya habían denunciado anteriormente; los hombres tenían antecedentes; pero estos elementos son los más difíciles de encontrar en los medios. Sin embargo, haciendo un análisis sobre los 256 casos que se dieron en el 2020 y que los medios informaron, al menos 12 de los femicidas eran hombres con antecedentes penales por violencia, homicidio, o violación. Por otro lado, en 25 de los casos de esos 256, los familiares decían que las mujeres habían sufrido maltrato previo en manos de los femicidas.

No podemos resumir la situación asegurando que los femicidas tienen un trastorno mental, y que por eso terminan asesinando, más que eso, hay un fenómeno sistémico. El sistema y su entorno inciden en estas prácticas”.

3.- ¿Qué propuestas sobre la protección a la mujer víctima de violencia, tienen para elevar en la Asamblea Nacional?

A. Z.: “Entre las propuestas que situamos está la de desarrollar una Ley, parecida a la “Ley Micaela” de Argentina, que busca dar formación a las funcionarias y funcionarios públicos en torno a todo lo que tiene que ver con el género. Incidiendo y afianzando el tratamiento en los casos de violencia de género.

La otra propuesta es la del Plan de Emergencia Feminista. Aquí nosotras enlistamos algunas cosas, como la elaboración de mega campañas comunicacionales desde el Ministerio de P.P. para la Comunicación (para que no sea un plan solamente del Ministerio de la Mujer y de la Igualdad de Género), que sea un plan de todo el cuerpo del Estado, pasando por el MINCI. La idea es hacer estas mega-campañas para informar cuáles son los servicios de apoyo a las mujeres, para todo lo que tiene que ver con la violencia, y cuáles son las señales, alertas, entre otros elementos que ayuden a la prevención.

También incluimos un plan de apoyo a las y los familiares de las víctimas de femicidio, que abarca desde lo económico hasta temas psicológicos, legales. Un plan de apoyo total a los familiares de las víctimas.

Sumamos al mismo tiempo la creación de una red de casas de abrigo, que son importantes porque no hay muchas casas de abrigo en el país. Desarrollando un plan de acompañamiento integral a las mujeres que son sobrevivientes de violencia, esto va desde el desarrollo de oportunidades de trabajo hasta asesoría psicológica, asesoría legal, un acompañamiento integral, completo.

Es la línea que nosotras llamamos un Plan de Emergencia Feminista, y sumamos también la necesidad del levantamiento de datos, porque es importantísimo tener indicadores, porque si no tienes datos con relación al tema de la violencia, cómo desarrollas políticas publicas efectivas”.

Las estadísticas de 2020 arrojadas por el Monitor de Femicidios, revelan que una mujer fue asesinada por lo menos cada 3 días en Venezuela, sin embargo, en los últimos meses se ha expuesto que ha muerto una mujer cada 33 horas. Este contexto nos pone en una situación de emergencia que debemos resolver como sociedad, con todo el apoyo necesario desde las instituciones del Estado. Es un tema de salud pública. Una emergencia nacional. No podemos permitir, que en pleno siglo XXI las mujeres sigan estando expuestas, sintiendo miedo al momento de terminar una relación, salir a la calle, o participar en espacios laborales. Se hace extremadamente necesario que sigamos generando análisis que nos permitan entender la raíz de todo el sistema patriarcal en nuestro país, que continua vulnerando y explotando a la mujer.

 La cantidad de femicidios que se reseñan todos los meses en Venezuela es alarmante, y nos convoca a seguir denunciando la incapacidad institucional y social para socavar la violencia hacía la mujer. Violencia que nos sofoca cotidianamente a casi todas las mujeres, y que nos hace gritar a todo pulmón ¡Ni una menos!

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