[REALIDAD ECONÓMICA] Pablo Giménez: «Es necesaria la transparencia y la institucionalidad para el funcionamiento de la cuentas de la nación»

La actual coyuntura que atraviesa nuestra patria, demanda una intensa actividad informativa y formativa orientada a contribuir con la comprensión crítica del discurso, las decisiones y las acciones que los distintos factores emprenden en medio de tan complejo contexto. Es por ello que Tatuy Televisión Comunitaria trae para ustedes la serie [REALIDAD ECONÓMICA], que pretende ofrecer la visión de destacadxs economistas e investigadorxs venezolanxs, acerca de la actualidad y el futuro de la economía en nuestro país.

En esta tercera entrega conversamos con el Profesor Pablo Giménez, Economista egresado de la Universidad Central de Venezuela, consultor económico en varias instituciones públicas y privadas y Coordinador Nacional y Docente del Programa de Formación de Grado en Economía Política de la Universidad Bolivariana de Venezuela. Giménez es también Investigador y Asesor de organizaciones del poder popular en temas de economía social y solidaria.

– El control de cambio se viene desmontando progresivamente, sin embargo el paralelo no para de subir y amenaza con no detenerse. ¿El plan de recuperación económica tiene posibilidades reales de cumplir su cometido de derrotar los marcadores paralelos? ¿Qué condiciones debe cumplir para liquidar definitivamente su nefasto efecto sobre la economía?

Pienso que el objetivo de un programa de estabilización macroeconómica no se puede centrar sólo en la derrota del mercado paralelo de divisas. Incluso creo que ni siquiera los voceros oficiales que vienen ejecutando el programa, entre ellos el propio Presidente de la República, se han referido a este tema como el objetivo central del plan. Sería muy reduccionista hacerlo. Desde mi punto de vista se está imponiendo una visión gradualista que nos llevará definitivamente al levantamiento del control del cambio y por tanto a un mercado privado de divisas con libre convertibilidad y libre flotación, no sólo porque la voluntad de los que dirigen la política económica sino por el contexto de nuestra economía y por la situación de las cuentas nacionales. Sin embargo, un mercado de esta magnitud requiere de la institucionalidad y de los mecanismos que lo hagan operativo, por tal motivo en el corto plazo optaron por la compra de divisas en las casas de cambio y venta a través del mismo DICOM [Sistema de Mercado Cambiario] de principios de año. Esto juega en contra de la medida porque implica entonces la coexistencia con el mercado paralelo, lo que nos lleva entonces la discusión al análisis sobre el diferencial cambiario. Mientras más alto sea éste más se sentirán los efectos graves sobre el resto de medidas del programa y sobre los precios en general, y mientras menor sea la brecha será viable el programa, lo que al final va a depender de los acuerdos a los que llegaron con un grupo de empresarios para determinar precios de 25 productos. Finalmente este esquema entonces dependerá de la capacidad del gobierno de aumentar el volumen de divisas en el esquema DICOM y de la confianza que pueda tener el sector «privado en el mismo». Recientemente se aprobó un nuevo convenio cambiario que pareciera modificara el esquema planteado hasta ahora, en tal sentido en el DICOM sólo se tranzaran las divisas de las empresas públicas, y el sector privado irá a las casas de cambio y banca pública y privada. Esto apenas está por verse, cualquier adelanto puede ser un paso en falso

 – ¿Qué ocurre con las divisas que ingresan por vía de la renta petrolera? ¿Se incorporarían entonces al mecanismo DICOM? ¿En estas condiciones no persistiría el diferencial cambiario?

 Antes de los anuncios cambiarios del Programa de Recuperación, Crecimiento y Prosperidad Económica, el DICOM manejaba un volumen de divisas verdaderamente pequeño e irrisorio, incluso se plantearon varios problemas de ineficiencia en el proceso de liquidación por lo que el sector empresarial y público en general lo definía como poco transparente. Esta situación nos induce a pensar que PDVSA y otras empresas públicas recurrían a otros mercados para cumplir con sus compromisos en moneda nacional. Por tanto, creo que en esta primera etapa es necesaria la transparencia y la institucionalidad para el funcionamiento de la cuentas de la nación y en ese sentido DICOM pudo tener un rol estelar. Pienso que en la transición hacia la estabilización económica podría existir un mecanismo cambiario donde los dos sectores institucionales bien definidos podrían realizar operaciones, por un lado el público a través de DICOM y por el otro el privado a través de la tasa de mercado. Ahora mientras el diferencial entre un mercado y otro sea alto habrá incentivos de arbitraje podríamos repetir los mismos errores, por lo que creo es necesario que ambas tasas se parezcan mucho y que al final de cuentas debe ser el BCV quien se imponga como autoridad monetaria y cambiaria.

– Desde el anuncio de los 33 precios regulados, la desobediencia de los comerciantes se impone, con el remarcaje de precios, el desabastecimiento y el acaparamiento que reaparecen en escena. ¿Es viable el control y la fiscalización aguas abajo mientras que los monopolios y oligopolios siguen fijando precios fuera del acuerdo? ¿Qué hacer?

Sin programa de estabilización era inviable la reconversión monetaria, también cualquier mecanismo de regulación de precios. Ahora las economías de mercado, como la nuestra, son dinámicas e interdependientes en su funcionamiento, esto implica que se pueden explicar a partir de lo que los economistas llamamos precios relativos. En tal sentido, es insostenible en el largo plazo regular un grupo o canasta de bienes y servicios mientras otros permanecen libres. Hasta ahora, pareciera que uno de los pilares del Programa de Recuperación, Crecimiento y Prosperidad Económica son los acuerdos logrados con un grupo de empresas monopólicas y verticalmente integradas de los sectores alimento y productos de limpieza y aseo personal, a cambio de la compra de materia primas, insumos y asignación de divisas, según lo expresó el Ministro de Finanzas Zerpa en un programa de televisión. Sin embargo, surgen varios problemas en la cadena de distribución de los mismos productos que están en la lista cuando se trata de sectores que no están verticalmente integrados como la carne de res y pollo y otro problema de concentración en los huevos; así mismo la lista no establece los precios en los sectores mayorista ni minorista, tampoco el viejo problema de las presentaciones que nos llevó hace unos años al problema de la simplificación de la producción, entre otros. En general, quedó por fuera el sector de las pequeñas y medianas empresas (pymes), cooperativas, Empresas de Propiedad Social (EPS), etc., que se debe adaptar a las estructuras de costos y mercado de las empresas grandes. Al final la aplicación del plan de estabilización en sus ámbitos monetario y cambiario nos regresa a la posibilidad de las estructuras de costos y por tanto al ámbito de la regulación que en mi opinión debe ser una batalla aun por librar. ¿Qué se puede hacer? A parte de la controlaría sobre la producción y la distribución no sólo con la SUNDEE [Superintendencia Nacional para la Defensa de los Derechos Socioeconómicos] sino con los trabajadores; se debe hacer seguimiento a los precios y fundamentalmente a las resoluciones de la SUNDEE que muchas veces están alejadas de la realidad. Por tal motivo lo recomendable es aplicar sistemas de información y las normas internacionales en materia de formulación, seguimiento y control de costos.

– Recientemente el gobierno entregó nuevamente financiamientos a los empresarios para «impulsar» la producción de bienes y servicios. ¿Puede esto contribuir con la estabilización de la oferta y el respeto de los precios acordados?

Creo que se otorgan en ese sentido pero no podemos olvidar que aún persiste la situación de hiperinflación y en esa medida el impacto sobre la producción a partir de financiamientos es casi nulo. Sin embargo, espero que contribuyan a aumentar la producción en el marco de los precios acordados.


– Respecto a las medidas anunciadas en torno a la política fiscal ¿Crees que son suficientes para recaudar los recursos necesarios para sobrellevar la crisis sin acudir a financiamiento internacional, o caer en la «tentación» de la emisión monetaria para cubrir el déficit?

De cómo maneje esa situación dependerá la confianza en general en el desarrollo del programa. El gobierno habló de disciplina fiscal e hizo varios ajustes tributarios. Ahora no hemos estimado volúmenes en función de evaluar si cumplirá o no con la meta

Con la tendencia negativa en la producción petrolera, y con una histórica tendencia a la evasión tributaria por parte de los contribuyentes, ¿Qué escenario estimas en términos fiscales?

Creo que se debe insistir en la reforma fiscal más allá de los anuncios generales que se hicieron que me parecen bastante completos pero punitivos al sector de los asalariados y permisivos al sector empresarial petrolero aunque entiendo la necesidad de atraer inversiones al sector. Creo igualmente que se debe hacer una auditoría de la deuda venezolana con miras a una estrategia de refinanciamiento y si no solicitar un período de gracia. Las metas de endeudamiento deben estar acordes con las de crecimiento del PIB y con las variables monetarias sino podríamos regresar rápidamente al escenario previo a la aplicación del plan de recuperación económico.

– Buena parte de las esperanzas están puestas en el anclaje al Petro. Sin embargo existen posiciones diametralmente opuestas en torno a su viabilidad, por un lado el gobierno ha insistido en su valor estratégico para trascender la hegemonía del dólar y bypasear las sanciones desde hace varios meses, y por otro lado sus detractores insisten en que mientras no circule, y el comercio exterior siga movido por el dólar difícilmente el anclaje servirá. ¿Cuál es tu opinión al respecto?

Por ahora el Petro no es viable ni como criptoactivo ni como criptomoneda. Su función era garantizar transacciones internacionales como medio de cambio y servir como fuente de financiamiento. Ambas tentativas fueron bloqueadas por la administración Trump. Creo que quienes esperan comercializar con el Petro deberán esperar hasta que cesen las sanciones. Ahora lo que anunció el presidente es una unidad de cuenta en referencia al precio del barril de petróleo de forma que funcione como anclaje del salario y genere estabilidad en el mercado cambiario y los precios. Esto último creo es un reto mayor de lo que se había planteado inicialmente y un verdadero reto desde el punto de vista económico. Es una unidad de cuenta o de indexación que busca influir sobre las expectativas que tienen los agentes sobre la economía.

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