[CHÁVEZ RADICAL] «Ustedes no son pequeños empresarios»

Actualmente, la clase empresarial viene progresivamente recuperando espacios dentro de la economía venezolana. Con participaciones crecientes en activos estatales, estímulos financieros, incentivos fiscales y apoyos gubernamentales, su posición de predominio es cada vez más notoria, imponiéndose como el actor central en la vida económica de la nación.

De igual forma, su ideología como clase viene ganando terreno en la opinión pública en general, y en el discurso político en particular. Surgen nuevas narrativas que incorporan a pequeños empresarios o emprendedores como la base de apoyo de la clase empresarial. La depauperación de la clase trabajadora venezolana, y su estampida de los centros de trabajo y de la función pública hacia la economía informal es el caldo de cultivo propicio donde germina esta ideología del emprendimiento y de la pequeña empresa. Es el “sálvese quien pueda” en toda su gloria.

Esta ideología viene penetrando y captando a amplios sectores de las clases medias y populares, quienes aturdidos por la crisis y paralizados frente a la despolitización reinante se dejan seducir por estos cantos de sirena capitalistas.

En esta nueva edición de Chávez Radical, el Comandante en medio de un acto con la clase obrera venezolana, explica precisamente cómo “la terminología burguesa capitalista” insiste en llamar pequeños empresarios a quienes no son más que trabajadores y trabajadoras de la economía informal.

Esta operación, que tal como dice el Comandante, “es parte de una estrategia” busca desdibujar la condición de clase de los trabajadores y trabajadoras informales. Al asumirse parte de la clase empresarial, como pequeños o emprendedores, terminan atomizándose, desclasándose y convirtiéndose en fichas funcionales al capitalismo. También refuerza la lógica de ascenso social individual, y que en esa carrera algún día podrán ser grandes y acaudalados empresarios.

Por otro lado, cabe destacar que el “emprendimiento” del que se habla, en la mayoría de los casos, termina siendo una forma “elegante” de referirse a la simple sobrevivencia, individualizada y atomizada, alimentada por la auto-explotación, a la que la crisis sentenció a buena parte del pueblo venezolano.

Igualmente, esta ideología logra atenuar la lucha de clases, y en particular en Venezuela, ha servido para apaciguar la lucha por las reivindicaciones laborales, beneficiando por ende a la burguesía venezolana, quien no ve peligrar sus tasas de ganancias.

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