[Economía En Línea] Venezuela: 5 elementos económicos de los últimos meses

El primer trimestre del año terminó, y deja tras de sí antiguas y nuevas aspiraciones en lo económico, junto a anhelos de apremiante resolución en lo social. Entre ellas se encuentran la mejora de los sueldos públicos, el fortalecimiento del sector público y la trasformación de la política fiscal.

1. Recaudación fiscal

Por medio del esfuerzo y la modernización en la fiscalización del Servicio Nacional Integrado de Administración Aduanera y Tributaria (SENIAT) la recaudación fiscal en el primer trimestre superó los 21.7 millones de Petros, equivalentes a más de 1300 millones de dólares. 22,5% más que en 2022. https://bit.ly/3NkUx67

En promedio la recaudación fue así: Impuesto al Valor Agregado (IVA) representó 47,6%; el Impuesto sobre la Reta (ISLR) 22,2%; aduanas 11,5%; y renta interna 18,7%. El IVA aumentó su porcentaje total de un 3.4% con respecto al promedio del año 2022, que se ubicó en 44,2%.

El protagonismo principal de la recaudación la sigue teniendo el IVA, un impuesto masivo y no sectorial, y que mantiene la premisa “la mayoría paga” y no “quien más gana, más paga”. En ese sentido, imprime un carácter regresivo a nuestra política fiscal.

Un impuesto es progresivo cuando su tasa de tributación o tarifa aumenta en la medida en que el ingreso aumenta. Así, un agente que más ingresos recibe paga mayores impuestos porcentualmente. En esta línea el ISLR es progresivo porque los agentes con mayores ingresos deben pagar unas tasas más altas.

En contrario, un impuesto como el IVA es regresivo ya que afecta en mayor proporción a los agentes con menores ingresos al imponerse sobre los bienes básicos de consumo masivo.

Según la Encuesta de Gestión Fiscal 2022, de la consultora PwC Venezuela, solo “69% de las empresas encuestadas reportaban haber sido objeto de fiscalizaciones durante el año 2022”. Esto significa que casi 1/3 del sector empresarial venezolano está en una situación irregular con el fisco nacional. https://pwc.to/44f1yeJ

Al mismo tiempo, debe mencionarse la decisión del ejecutivo nacional de prolongar la exoneración de aranceles aduaneros y del IVA a las importaciones de productos incluidos en 1.972 códigos arancelarios. https://bit.ly/3Nph7Lc

Esta política ha tenido el objetivo de disminuir los costos de producción y el impacto de la inflación en el consumidor final. Sin embargo, la inflación acumulada del 2022 fue de 234% y el costo interno de producción en el sector industrial término aumentó un 160%. https://bit.ly/3Hq2F1H

Parte de los desafíos de aumentar los ingresos del país, afectados por el bloqueo y las sanciones, debe contemplar la organización y formulación de una mejor y más eficiente política fiscal, que promueva un cobro sectorial, con un horizonte más progresista.        

2. El tema petrolero

El primer trimestre del año concluyó con un promedio de producción de 730 mil barriles diarios (MBD), según cálculos inferidos del Observatorio Venezolano Antibloqueo [1] y del Informe Mensual del Mercado Petrolero de la Organización de los Países Exportadores de Petróleo (OPEP)[2].

El promedio del primer trimestre aumentó solo un 0,97% con respecto al promedio de 723 MBD del año 2022, según datos de la OPEP[3]. Esto a pesar del entusiasmo generado por el convenio firmado en diciembre con la empresa Chevron.

Por otra parte, el portal Reuters reseñó un aumento de envíos de crudo pesado a Estados Unidos por parte de Chevron, pasando de 75 MBD en enero a 148 MBD para el 28 de abril.

En la misma nota, el presidente ejecutivo de la compañía, Michael Wirth, indicó que “se podría aumentar la producción en Venezuela este año hasta en un 50%, a 150 MBD sin nuevas inversiones significativas” https://reut.rs/3LmHD4S

Por los datos existentes sobre el volumen de producción se puede inferir que, por lo menos hasta marzo, las “nuevas inversiones” no se realizaron, y que el reciente convenio solo se focalizó en mantener el volumen de producción existente, y en aliviar los almacenes liberando crudo al mercado.

Mientras no se conocen los ingresos de las ventas en curso, algunas fuentes sostienen que Chevron ha estado aportando divisas al mercado interno de nacional durante el último trimestre. https://bit.ly/3LFSQ1W

Sin embargo, hay varios elementos que verificar: primero, saber si esta compañía sería un sujeto exonerado de la responsabilidad de participar en el sistema cambiario por su condición de inversor extranjero. https://bit.ly/3LlPyja

El segundo elemento es el volumen de divisas que la empresa estaría ofertando en las mesas cambiarias, ya que en los casi cuatro meses de activación del convenio con Chevron el Banco Central de Venezuela (BCV) ha aumentado el monto de sus intervenciones.

3. Intervenciones cambiarias

En lo que va de año, según contabiliza el portal Banca y Negocios, el BCV ha inyectado en las mesas de cambio 1.385 millones de dólares hasta abril, lo que representa 9,22% mayor a los recursos destinados a tal fin en el mismo periodo de 2022. Si Chevron aporta, parece que no es suficiente. https://bit.ly/3Lh8GPm

Entre el 3 de enero y el 27 de abril el tipo de cambio oficial ha variado un 40,5%, pasando de 17,55 bolívares por dólar a 24,65 bolívares por dólar[4]. Por su parte en el mismo periodo el marcador paralelo ha tenido una variación de 31,9%, pasando de 19,44 bolívares a 25,66 bolívares por dólar.

En términos reales el valor de la divisa oficial se ha encarecido en mayor proporción que su equivalente en el mercado paralelo. Algunos analistas achacan esta situación al aumento de la liquidez monetaria de los últimos meses, pero veamos los datos.

Entre el 19 de enero y el 14 de abril del presente año la variación de la liquidez monetaria alcanzó el 46%, pasando de 19.602.412 millones a 28.551.252 millones de bolívares. Pareciera un monto considerable que justificaría el tipo de cambio, porque hay más bolívares para vender por los mismos dólares.

Sin embargo, en el mismo periodo del 2022 la variación en la liquidez monetaria fue de casi el 78%, pasando de 3.990.763 millones a 7.095.257 millones de bolívares. En aquella ocasión la variación en el tipo de cambio fue de -3,2%, disminuyendo de 4.58 a principios de enero a 4.43 para el 24 de abril. https://bit.ly/3ADIOIj

Esto sucedió, aunque en el periodo señalado el monto de las intervenciones cambiarias (1.257 millones de dólares) fue menor que el de este año. La la lógica se invierte, ante mayor liquidez y menor intervención cambiaria el tipo de cambio nos favorece.

Por otro lado, a mayor intervención cambiaria y menor variación de liquidez monetaria, misteriosamente el dólar aumenta su precio frente al bolívar. Como se ha dicho en reiteradas ocasiones por este mismo medio, los argumentos monetaristas no se sostienen en los datos. https://bit.ly/40Q8n3x

En todo caso, el misterio tras “el fetichismo del sistema cambiario” responde a las relaciones sociales desarrolladas en torno a la propiedad de las divisas y no tanto en los valores monetarios que la justifican. El sistema cambiario es un terreno de disputa por la renta petrolera. 

4. Actividad industrial y el crecimiento

Según el Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF), en el pasado trimestre se presentó una contracción del 8.3% en la actividad económica. Esta cifra estaría en concordancia con los datos otorgados por el Consejo Nacional del Comercio y los Servicios (CONSECOMERCIO) sobre la caída de 35% de las ventas del sector para el mes de enero. https://bit.ly/3NqdfcH

De igual forma, estaría en sintonía con la Encuesta de Coyuntura Industrial del IV Trimestre 2022, realizada por la Confederación Venezolana de Industriales (CONINDUSTRIA) donde ya se mostraba una ralentización del crecimiento del sector para finales del 2022. https://bit.ly/3oY1IHy

Según el estudio, el 54% de las empresas consideraban que la situación económica estaba empeorando, a pesar de lo anterior. Un 48% reconocía un aumento en sus ventas, pero solo 36% mencionaban haber realizado algún tipo de inversión en sus medios de producción.

El 65% de las empresas confesaron no haber aumentado la cantidad de trabajadores/as en sus medios de producción, y 16% apuntaba haber disminuido su planta laboral. Solo 18% de las empresas realizó nuevas contrataciones. Estos últimos datos casi idénticos al anterior trimestre. https://bit.ly/3LHdz5w

El 51% de las empresas reconocía haber importado algún producto del mercado mundial, y solo 15% confesaba haber o estar exportando productos y mercancías. Lo cual marca una disminución de la exportación frente al trimestre anterior, cuando representaban el 36%. https://bit.ly/3LHdz5w

Con respecto a los salarios y los costos de producción, por primera vez los sueldos de los obreros del sector se estancaron o retrocedieron con respecto al trimestre anterior, pasando de 171$ en el tercer trimestre a 170$ en el último trimestre de 2022. Mientras los costos internos del sector aumentaron en 46.7% en el mismo periodo.

Es decir, los empresarios venezolanos no desean invertir a pesar de aumentar sus ventas, no crean empleos a pesar de sus ganancias, encarecen más sus productos, y en términos reales pagan peores sueldos. La realidad de nuestra burguesía sigue siendo la de una burguesía parasitaria.

5. Sueldos y costo de la vida

El pasado 1ro de mayo el presidente de la República anunció el aumento en la bonificación dirigida a los trabajadores y trabajadoras de la Administración Pública Nacional (APN). El bono legal de alimentación (cestaticket) pasó 40$, y el bono de guerra económica a 30$, pagados en su equivalente en bolívares según el marcador oficial del Banco Central de Venezuela (BCV). Este aumento se suma al sueldo mínimo oficial de 130 bolívares.

Por su parte, según lo aprobado, los jubilados(as) de la APN recibirán 49$, y los pensionados dependientes del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS) recibirán 20$ indexados, más los 130 bolívares que ya cobraban por pensión.

Sobre este punto cabe mencionar la inexistencia de datos oficiales que indiquen el número de beneficiarios del bono de guerra económica, que es una bonificación social entregada por el Estado y no una remuneración contractual como el bono de alimentación.

Por todo lo anterior, es necesario subrayar que ninguno de los dos bonos, ni el de alimentación ni el de guerra económica son remuneraciones que aportarán al cálculo de las prestaciones sociales según lo dispuesto en el artículo 105 de la Ley Orgánica Del Trabajo, Los Trabajadores Y Las Trabajadoras (LOTTT).

Al aumentar la bonificación frente al salario base se disminuye el porcentaje de los ingresos que son considerados para el cálculo de prestaciones y demás beneficios laborales por antigüedad y pasivos. En este sentido, es una medida regresiva del trabajo frente al capital, disminuyendo la participación del trabajo en el uso y disfrute de la riqueza producida socialmente. También invalida de forma absoluta el principio correspondiente al título III de la LOTTT, dirigido a proteger la justa distribución de la riqueza y las condiciones del trabajo.

Según el Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana del Maestro, la Canasta Alimentaria Familiar se ubicó en 486,87$ para el mes de enero[5], mientras el ingreso público se ubica en 75,2$, y el promedio del OVF para el salario en el sector privado se ubica en 130$. https://bit.ly/3NqfLj9

Esto significa que un trabajador del sector público necesita más de 6.5 meses de ingreso para cubrir su alimentación básica, y un trabajador del sector privado necesita casi 4 sueldos para tal fin. En otras palabras, en ninguno de los sectores el salario cumple la función de mantener al trabajador siquiera bien alimentado.

En su último informe sobre la seguridad alimentaria en América Latina y El Caribe, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura advertía sobre la presencia de 6,5 millones de personas bajo subalimentación en Venezuela, alertando sobre la tendencia creciente de este número.  https://bit.ly/3VmmHj9

El escenario se muestra ciertamente complejo desde el punto de vista económico, y los datos muestran que solo llamar a “la unidad nacional” ante la crisis no basta para solventar los recientes desafíos, sobre todo porque hay varios sectores que bajo este llamado esconden su enriquecimiento salvaje.

El único horizonte plausible es agitar las banderas de la lucha obrera, apoyar a la revolución desde el movimiento contra la corrupción, el robo y la depredación del actual proceso económico. Hay que reconocer los errores y exigir que sean solventados, exigir la democratización económica y la desconcentración de la riqueza.

Ninguna revolución sobrevive cuando la desigualdad la asfixia, tampoco cuando el telón del silencio cubre su rebeldía, y mucho menos cuando su audacia es reemplazada por el cálculo tecnócrata y el gusto pragmático por la realpolitik.


[1] https://bit.ly/3Vkg3d6

[2] file:///C:/Users/Personal/Downloads/OPEC_MOMR_April_2023.pdf

[3] https://bit.ly/44pT5po

[4] https://bit.ly/3ADI2en

[5] https://bit.ly/3ncU4Zf

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