[ARTICULITO 19]: ¿Qué eso de “dinero inorgánico”?: El FMI.

“Si te debo una libra, tengo un poblema.Si te debo una libra, tengo un problema. Pero si te debo un millón de libras, tú tienes un problema” John Maynard Keynes

Conversaba con un amigo y surgió el inevitable fetiche del dinero y en particular el rollo del “dinero inorgánico” Es evidente que tenemos una cantidad de conceptos confundidos en todo eso, especialmente porque nos basamos en los conceptos que maneja la “economía” capitalista (que claro y así nos justificamos, es la única que existe en este mundo globalizado)

Vamos a conversar un poco, como ampliación del artículito 09 “¿Qué es el dinero? acerca de este asunto: “El dinero inorgánico”. Pero les pido también que, además, recordemos el artículito anterior a este: ¿Qué es el Capital?

Comencemos repitiendo cosas que dijimos antes, el dinero, más que un bien es un concepto, por ello cuando hablamos de dinero hablamos de esa “supermercancía”, que no es ni una cosa ni un objeto “mágico”, pues el dinero, en el capitalismo globalizado, pasó de ser un simple medio de intercambio a representar el equivalente general en el cual se refleja el mundo entero de las mercancías. Y como tal equivalente, el dinero se independiza de su relación social de valor y se vuelve autónomo. Es lo que Marx llamó un fetiche. Su poder es el poder social de las clases de propietarios, de las clases poseedoras, es decir, de las clases que controlan el dinero y sus formas de producirlo. Recordemos, con Rothschild, que no es necesario poseer el dinero, basta poderlo emitir y controlar, cosa más que suficiente para tener el (verdadero) poder.

Vamos a jugar un poco con las definiciones. Definamos esos dos términos: Orgánico e inorgánico.

Orgánico, es una palabra que proviene de la palabra latina organĭcus, y posee múltiples usos y significados (se dice que es una palabra polisémica). Dicho de un cuerpo, por ejemplo, refiere a aquello que presenta condiciones o aptitudes para tener vida. Un compuesto de tipo orgánico, asimismo, es aquel que posee en su estructura estable al carbono, combinado con otros elementos. Y en sentido social, político, algo orgánico, es algo que está relacionado a la formación de las entidades colectivas y a sus funciones, actividades o ejercicios. Por ejemplo: “La ley orgánica de presupuesto es sistemáticamente violada por las autoridades universitarias”, “Necesitamos una modificación del actual estatuto orgánico para hacer frente a los retos de la construcción de otra economía”.Orgánico, es ese sentido es algo que combina en su esencia armonía y consonancia: “Queremos lograr un ambiente orgánico, donde exista coherencia entre lo que decimos y lo que hacemos”. Tiene muchos otras acepciones, pero en el fondo se relaciona con cosas que tienen vida o provienen de la vida.

¿Qué entonces “dinero orgánico? Simplemente aunque no tiene nada que ver, o precisamente por ello, con armonía ni vida, ni ninguna de esas cosas no redituables, se refiere a dinero que tiene respaldo en oro o en otras riquezas.

Mientras que “Inorgánico” sería lo no-orgánico. En general lo que no se origina de la vida. Dice el diccionario: “Que no tiene vida ni puede tenerla.” o “Que no es ni ha sido parte de un ser vivo, ni está formado por restos de seres vivos.”

El dinero que siempre ha sido algo sin relación con algo vivo, es decir algo que nunca ha sido “orgánico”, es decir siempre ha sido no-orgánico,cuando se hace inorgánico es porque no tiene respaldo efectivo en algo que garantice su valor.

Eso parece muy simple. Demasiado diríamos. Pongámonos fastidiosos y revisemos algo de historia.

La historia del dinero, que es la historia de la miseria humana, es sin duda una historia que debemos estudiar, pero no ahora, pues hacerlo va mucho más allá de lo que aquí intentamos. Vamos a detenernos solo en historia más cercana, específicamente pensando en los entes que emiten y controlan el dinero en el mercado global. Estamos hablando del Fondo Monetario Internacional (FMI, IMF en inglés) y del Banco Mundial (BM, WB, o WBG en inglés).

Las dos instituciones son hermanas gemelas, pero hermanas gemelas incestuosas.

Antes de detenernos un poco en una de ellas, el FMI, hagamos el siguiente comentario muy esclarecedor: El FMI siempre, desde su fundación solo ha tenido presidentes europeos (salvo un período de tres meses y tres días, en el 2004, cuando tuvo una presidenta interina gringa). La actual presidenta del FMI, francesa, está acusada de ladrona y de mil cosas más, hasta en tribunales, pero sigue siendo su flamante presidenta. Por su parte el Banco Mundial, solo ha tenido presidentes exclusivamente gringos. Es decir, los europeos, dueños de la banca mundial y los financistas gringos en incestuosa alianza.

Del BM hablaremos en otra nota complementaria a ésta, o terminaríamos escribiendo un libro y no un artículito. Por esa misma razón tocaremos solo y de manera específica los puntos político-económicos que nos son indispensables. Pues no estaremos intentando hacer una descripción del FMI sino referirnos a planteamientos específicos sobre el dinero inorgánico. Alguien que necesite un tratado sobre el FMI o sobre el sistema financiero internacional debe buscar en otra parte, recordemos que la intención de estos artículos es hacer lo suficientemente simples algunos conceptos para intentar motivar la búsqueda, en términos revolucionarios, de dos cosas posteriores, operatividad y profundidad, o en palabras de Maneiro, eficacia y calidad.

El 22 de julio de 1944 (en el inicio del fin de la II guerra mundial) 730 delegados de 44 países (aliados en la guerra mundial) se reunieron en Bretton Woods (New Hampshire, USA). En teoría esta reunión perseguía establecer mecanismos que le dieran estabilidad al sistema financiero internacional después del fin de la guerra mundial, especialmente porque los efectos de la gran depresión de 1929 aún seguían presentes. Por esa razón asistieron todos los aliados, incluido el bloque soviético aunque este último sin suscribir los acuerdos (posteriormente la URSS se retiró completamente y formó su propio sistema financiero, hasta después de la caída del bloque soviético, cuando Rusia entró, de nuevo, en relaciones con el FMI, actualmente anda con China, India y otros países intentando su propio sistema, igual de capitalista, pero propio, independiente del FMI) y China que se retiró posteriormente con el triunfo de la revolución en 1949.

Sin embargo la verdadera razón de esa reunión era establecer las reglas que permitieran controlar (según la doctrina Rothschild) el capital financiero y por lo tanto las operaciones de deuda que la guerra dejaba, como veremos a continuación, para ponerlas cosas bajo el control de USA, la nueva potencia imperialista mundial.

En dicha conferencia se crearon las dos instituciones a las que nos hemos referido el FMI y el BM (se crearon otras, el GATT, la OMC, etc., pero para los efectos que requerimos basta con esas dos). La primera solo como idea en ese momento, pues era necesario darle forma y limpiarla de la contaminación Keynesiana y por ello se esperó hasta diciembre del año siguiente para dejarla actuar y el BM que si empezó a funcionar casi inmediatamente.

El FMI se creó teniendo como objetivos fundamentales los siguientes: “fomentar la cooperación monetaria internacional; facilitar la expansión y el crecimiento equilibrado del comercio internacional; fomentar la estabilidad cambiaria; contribuir a establecer un sistema multilateral de pagos para las transacciones corrientes entre los países miembros y eliminar las restricciones cambiarias que dificulten la expansión del comercio mundial; infundir confianza a los países miembros poniendo a su disposición temporalmente y con las garantías adecuadas los recursos del Fondo, dándoles así oportunidad de que corrijan los desequilibrios de sus balanzas de pagos sin recurrir a medidas perniciosas para la prosperidad nacional o internacional, para acortar la duración y aminorar el desequilibrio de sus balanzas de pagos” (estatutos del FMI)

Previamente a la conferencia de Bretton Woods se elaboraron dos propuestas, una del economista inglés John Maynard Keynes y la otra del estadounidense Harry Dexter White (esta segunda, era lo que hoy llamaríamos en Venezuela un “pote de humo”, pues sirvió en principio solo para contraponerla a la propuesta europea, pero sentó las bases para el nacimiento formal del neoliberalismo).

La propuesta de Keynes se apoyaba en la creación de un órgano internacional de compensación, la“International Clearing Union”, que emitiría y controlaría una moneda internacional (Bancor) vinculada a las divisas fuertes, canjeable en moneda local a través de un tipo de cambio fijo. Por medio de dicho fondo de compensación los países con excedentes financiarían a los países deficitarios, vía una transferencia de sus excedentes, de esta manera se tendría, supuestamente, la ventaja de hacer crecer la demanda mundial y de evitar la deflación, lo que finalmente sería “beneficioso” para todos los países. Así, los países acreedores y los deudores estarían obligados a mantener una balanza comercial equilibrada y, en caso de incumplimiento, a pagar intereses sobre la diferencia, es decir de los gobiernos dependerían las medidas para mantener una cuenta cero y los intereses comerciales más poderosos no podrían distorsionar la balanza comercial y los ciudadanos de un país cuyo sector productivo fuera fuerte no perderían los resultados materiales de sus esfuerzos por causa de una exportación ininterrumpida de los productos que fabrican. Es decir, lo que hoy llamaríamos un capitalismo con rostro humano.

No podemos detenernos en discutir porque esta propuesta no era viable. Lo cierto es que al final de la guerra USA poseía el 80% de las reservas mundiales de oro y era el gran país acreedor y no iba a permitir que se le obligara a gastar su superávit comercial en los países deudores, por lo que la propuesta de Keynes no convenía a sus intereses y aprovechando su mayor influencia política y militar, y la situación vulnerable de sus aliados europeos, en especial los británicos, urgentemente necesitados de créditos estadounidenses para superar la guerra, presionó para que la propuesta de Keynes fuera rechazado. Por ello a la conferencia llegó solo la propuesta gringa, la cual fue, por supuesto, aprobada.

Pero veamos que pasó realmente en la famosa conferencia y cuáles fueron sus resultados y entenderemos por qué el FMI tuvo que esperar para comenzar a existir formalmente.

El grado de control de la conferencia establecido por USA quedó claro en la determinación de las cuotas que los países miembros del Fondo poseerían. Asunto que es central para el gobierno del Fondo y el manejo de mercado financiero internacional, porque la cuota determina el poder de votación y control que se pueda tener.

Al final, entre los 5 primeros países, USA quedó con el 31,1 %, el Reino Unido 1 con el 14,8 %, la Unión Soviética con el 13,6 %, Chinacon el 6,3 % y Francia con el 5,1 %. Una vez asegurado el control de las cuotas, fue fácil para USA llevarse las sedes de las dos organizaciones a su territorio, no sirvió para nada el pataleo de Inglaterra y de Keynes.

El principal objetivo del sistema de Bretton Woods fue poner en marcha lo que se llamó un “Nuevo Orden Económico Internacional” y controlar el sistema monetario internacional, con el dominio del dólar.

Para ello se adoptó un patrón oro, en el que USA debía mantener el precio del oro en 35,00 dólares por onza y se concedió la facultad de cambiar dólares por oro, a ese precio y sin restricciones ni limitaciones. Al mantenerse fijo el precio del dólar, los demás países deberían fijar el precio de sus monedas con relación a aquella, y de ser necesario, intervenir dentro de los mercados cambiarios con el fin de mantener los tipos de cambio dentro de una banda de fluctuación del 1%

A partir de Bretton Woods, cuando los países presentaran déficits en sus balanzas depago, deben financiarlos a través de las reservas internacionales o recurriendo a préstamos que concedería el FMI. Pero para tener acceso a esos préstamos los países deben acordar sus políticas económicas con el FMI.

Pero algunos años después USA rompió, unilateralmente, los acuerdos de Bretton Woods. Bajo la presión de la Guerra de Vietnam que además de ser muy costosa, estaba perdiendo, en 1971, USA presentó su primer déficit comercial en el siglo XX. Los países europeos intentaron aprovechar la situación para cambiar los dólares sobrevalorados por marcos alemanes y por oro y Francia e Inglaterra pidieron a USA la conversión de sus excedentes de dólares en oro. Por tanto, las reservas de Fort Knox, donde está depositado el oro de USA, se contrajeron demasiado peligrosamente. Richard Nixon, presidente en ese momento, rompió los acuerdos y eliminó por decreto la libre convertibilidad del dólar en oro. Simultáneamente se profundizo la Guerra Fría con el bloque comunista lo cual obligó, o sirvió para obligar,a los países de Europa a plegarse a las pretensiones gringas de “blindar” el sistema financiero internacional para proteger al “mundo libre” del comunismo.

Por supuesto los tipos de cambios únicos desaparecieron y el comercio financiero comenzó a regirse por las leyes del mercado, de la oferta y la demanda (lo que en realidad significó que todas las monedas comenzaron a ser determinadas por el dólar o por cestas (como los “derechos especiales de giro” controlados esencialmente por el dólar, ya sin respaldo en oro). Y entonces, por arte de la magia del poder financiero, el dinero orgánico desapareció. O dicho más precisamente el dinero dejó de simular organicidad y paso a ser lo que es en el capitalismo globalizado, un concepto manejable según intereses estrictamente hegemónicos.

En el capitalismo global, existe una cantidad impensable de papel moneda (dólares u otras monedas respaldadas por esté) que no tienen y no pueden tener, además, ningún tipo de respaldo orgánico. Dinero que no vale sino acaso el costo del papel, insumos y trabajo invertidos en imprimirlos (que a veces es más que el valor real de las monedas que representa). Todo el oro y el petróleo del mundo no alcanzarían para respaldar esa cantidad de valor representado en papeles llamados “billetes”. Pero, y esto es aún peor, en el mercado financiero mundial se mueve en un mes y en la banca mundial se depositan, en el mismo período, a través de transferencias o cualquier tipo de operaciones intangibles, tal cantidad de dólares (o cualquier otra moneda, que en el fondo es lo mismo), literalmente virtuales, que si se tratara de imprimir en billetes dejaría el planeta sin un solo árbol y una sola mata de algodón.

Es decir todo el dinero que existe en el capitalismo global es, y será cada vez más inorgánico. Veamos el pequeño ejemplo de Colombia, país que presenta actualmente unas altas reservas internacionales (por supuesto en dólares, es decir en papeles que no valen nada, pues apenas tiene unos gramos de oro de reservas) que provienen (las reservas), casi exclusivamente del narcotráfico y del contrabando, pero que ante el mercado es dinero muy, demasiado, orgánico.

Simplemente es cómico oír cuando se acusa al gobierno de Venezuela de manejar dinero inorgánico. Pues ¿cuál otro podría manejar? o mejor ¿cómo podría no hacerlo? Venezuela es un país con una estructura económica, monetaria particularmente (aun cuando está, por ahora, relativamente independizado del FMI), completamente capitalista. Pretender que funcione de otra manera es, para decirlo suave, una soberana ingenuidad. La guerra contra Venezuela es justamente porque, gracias a Chávez, se rompió (y se ha logrado mantener esa ruptura durante un tiempo continuo) la doctrina Rothschild del control. Venezuela es, por ahora y no precisamente solo por culpa de Maduro un estado democrático-liberal. No hay cambios sustanciales es su estructura jurídica-económica. El gran avance del gobierno, del proceso revolucionario, está en que se ha logrado modificar, en algo, la distribución de la renta petrolera, haciendo que un porcentaje de ella comience a llegar al pueblo, negarlo también es una ingenuidad, y una peligrosa ingenuidad si se hace desde posturas “de izquierda”. Situación que ha permitido que una parte significativa de la renta petrolera deje de estar bajo el control, directo, del FMI.

¿Cuánto va a durar esto? Bueno, depende. La pregunta que puede ayudar a buscar una respuesta para la anterior es: ¿Por qué si estamos tan pelados (y me incluyo como sujeto político de este lío) existe tanto interés y necesidad en acabar con Venezuela? Pero hagámonos otras preguntas, más locales,que en el fondo tiene relación directa con la anterior ¿puede sobrevivir Colombia, sin Venezuela? y ¿puede USA salvar a Colombia por medios financiero únicamente?

Definitivamente, aquí el carácter del dinero (carácter que no existe, pues si alguien no tiene personalidad, carácter, es él) no tiene nada que ver. Ninguna decisión monetaria o financiera que se tome calmará la bestia. Bueno quizá si hay una. Olvidar todas estas mariqueras de autonomía y soberanía y emancipación y entregarnos sin ningún pudor (de nuevo) a los dueños del FMI, el capital financiero internacional.

Para los que no lo recuerden terminemos, por ahora, reponiendo la cita de Rothschild con la que comenzamos el artículito 09 y que es más clara que el agua de manantial: “Permítanme emitir y controlar el dinero de un país, y ya no me importará quien hace las leyes”.

Para terminar de aclarar el pastel, hablaremos en el siguiente artículito del BM (el Grupo Banco Mundial, como efectivamente se llama), la otra hermana…, quizá así se aclare más el asunto de la inexistencia de algo que podamos llamar “dinero orgánico”

Publicaciones Similares

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *