[OPINIÓN] Volver al 1ro de Mayo

La historia es una bestia enorme y poderosa, nos supera, y sin embargo, es preciso sostener su mirada de plomo y obligarla a servirnos.                                                                                                               Alain Badiou.

El historiador marxista Russell Jacoby afirmaba que los problemas y las ideas, una vez examinados, desaparecían de la vista y de la mente para volver a salir más tarde a la superficie como si fueran novedades. Este mecanismo, concluía Jacoby, es el elemento explotado por las clases dominantes para establecer un eterno presente, donde las luchas que buscan grandes cambios son sofocadas por el olvido.

Contra la Amnesia social

Esta forma de regir sobre la memoria, es lo que Russell denomina el juego de la “amnesia social”. El pasado reina sin discusión, precisamente porque está olvidado; para trascenderlo, antes habría que recordarlo. En este sentido, la amnesia social es la represión por parte de la sociedad del recuerdo del propio pasado.

Con el 1ero de mayo sucede, muy a menudo, un sistemático proceso de amnesia social. La historia inscrita en el 1 de mayo nos exige, más que ofrendas florales y días feriados, fidelidad y compromiso con nuestros mártires. La fecha da lugar a la lucha por la reducción de la jornada de trabajo, iniciada en 1886 en la ciudad de Chicago, y que está innegablemente unida también, al juicio y asesinato de los 8 mártires de Chicago.

No es un día que conmemore la bondad y filantropía del capitalista o los beneficios lógicos del parlamentarismo burgués. Es un día que busca redimir la memoria de la larga cadena de trabajadores y trabajadoras que se han movilizado para exigir mejores condiciones y derechos.

137 años después, la realidad deja en claro, que la filantropía y bondad del gran capital y el parlamentarismo del estado burgués, sigue convirtiéndose en la fragancia suave de la fétida explotación.

Algunos datos

Tan evidente es la realidad contradictoria del capitalismo, que ni siquiera sus propios mecanismos pueden funcionar sin precarizar. El “Global Wage Report 2022–23” (Informe mundial de salarios 2022–23) publicado en noviembre del 2022 por la Organización Internacional de Trabajo (OIT), señala una caída general de los salarios en casi todas las regiones del globo durante el 2022, y una creciente conflictividad entre el sector patrón y los obreros.

Al mismo tiempo, el Informe Mundial Sobre la Desigualdad, muestra que el 1% más rico del mundo, poco más de 51 millones de personas, son los dueños del 32% de la riqueza total de la tierra, en forma de medios de producción materiales e inmateriales. Frente a ellos, se visibiliza un ejército de 2.555 millones de personas que cuentan sólo con 8 u 10 euros diarios para sobrevivir. La riqueza total de estos 2.555 millones, se calcula solamente en 10 billones de euros. En contraparte, lo acumulado por el 1% más rico supera los 160 billones de euros. 

Esta combinación de precariedad con desigual, formula las condiciones objetivas de la rebelión. La misma es tan evidente que hasta “El Informe de Riesgo” para el año 2023 del Foro Económico Mundial, advierte sobre la erosión de la cohesión social y la polarización social como principal fuente de conflicto en los próximos años, lo que asegura un mayor número de movilizaciones de los sectores más pobre contra los más opulentos.

Como decía Lenin: «La medida auténtica de una situación revolucionaria, es que exista una situación histórica en la cual las capas inferiores de la sociedad no quieran vivir según el modo antiguo, y a su vez las capas superiores tampoco puedan vivir al modo antiguo».

La clase capitalista no quiere vivir en un estado permanente de “erosión de la cohesión social y polarización social”, ni tampoco los explotados estamos dispuestos a vivir desde la precariedad y las avasallantes desigualdades. Entre las grietas de estas dos realidades, se trasluce la condición revolucionaria. Desde allí y desde la construcción de las alternativas, con la ayuda de la movilización, la agitación, la concientización y la organización, es desde donde debemos disputar el horizonte de las nuevas realidades.

Si no reconocemos este hecho fundamental, estaremos condenados a caer en la amnesia social, en el olvido de nuestras luchas y esfuerzos pasados, condenados a entregarnos a lo que las élites capitalistas designan como “LO POSIBLE”.

De lo universal a lo particular: Venezuela

Este 30 de abril se cumplieron 13 meses y medio del último aumento salarial oficial por parte del gobierno nacional en Venezuela. En aquella ocasión, el aumento fue formalizado por la Gaceta Extraordinaria N° 6.691, del 15 de marzo de 2022, elevando el sueldo mínimo a BsD. 130 equivalentes para el momento a $ 30.6.

Más de un año después, y según datos oficiales, el sueldo del sector público ha perdido casi el 83% de su valor frente al dólar, representando tan sólo unos $ 5.25 la remuneración mensual de aproximadamente 8 millones de personas, entre trabajadores y jubilados.

A esta realidad hay que agregarle el proceso inflacionario desarrollado en dicho periodo, que podría estar bordeando el 270%[1], prácticamente triplicando el costo de la vida y reduciendo las garantías de alimentación y supervivencia de grandes franjas de la población.

Esto estaría alineado con el último informe sobre la seguridad alimentaria en América Latina y El Caribe, de La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) que advertía sobre la presencia de al menos 6,5 millones de personas bajo condiciones de sub-alimentación en Venezuela.[2]

En este punto es necesario comentar, de forma inapelable, respecto al problema que sigue representando las sanciones y el bloqueo para la gobernabilidad económica del país. El sector público sigue estando execrado del sistema financiero global y nuestro petróleo sigue estando, en su mayoría, proscrito de los mecanismos tradicionales para el comercio de crudo.

Además de lo anterior, las promesas abiertas por la mesa de diálogo en México, sobre los más de 3 mil millones de dólares dirigidos al fondo especial social, cuyo objetivo era aliviar las fuertes tensiones en los servicios públicos del país y reducir la regresión en la calidad de vida de los y las venezolanos, fue cerrada y agotada por la negativa de una de las partes a rendir honor a sus compromisos, este elemento ha reforzado la precariedad sostenida de las mayorías desde el 2022.   

Impuesto y petróleo

A pesar de lo anterior, se han desarrollado algunos alivios de cara al mejoramiento de los indicadores económicos del país. La fiscalización del Servicio Nacional Integrado de Administración Aduanera y Tributaria (SENIAT) logró aumentar en un 22.5%, con respecto al 2022, y superó los 21.7 millones de Petros, equivalentes a más de 1300 millones de dólares.[3]

Por otra parte, el portal Reuters, reseñó un aumento de envíos de crudo pesado a Estados Unidos por parte de Chevron, pasando de 75 Miles de Barriles Diarios (MBD) en enero a 148 MBD para el 28 de abril, prácticamente duplicando el volumen de crudo vendido a las distintas refinerías de la unión americana.[4]

A pesar de que desconocemos hasta la fecha las condiciones del convenio que la compañía Chevron firmó en diciembre con PDVSA, está claro que las empresas mixtas (Petroboscán, Petroindependiente y PetroIndependencia), de las que Chevron es socia, estarían obligadas, según lo dispuesto en el artículo 48 de la Ley Orgánica de Hidrocarburos a pagar Impuesto de Registro de Exportación.[5]

Este impuesto contempla el pago del “uno por mil (0,1%) del valor de todos los hidrocarburos exportados de cualquier puerto desde el territorio nacional, calculado sobre el precio al que se venda al comprador de dichos hidrocarburos.”[6] Este impuesto se ejecuta a pesar de que el volumen de producción no se aumente. Decimos lo anterior, porque según los datos del Observatorio Venezolano Antibloqueo y del Informe Mensual del Mercado Petrolero de la Organización de los Países Exportadores de Petróleo (OPEP) nuestro promedio de producción diario durante el primer trimestre fue de 730 MBD, tan sólo 0.97% mayor que el promedio de 2022, lo que significa que el volumen de nuestra producción no ha variado mucho.

Lo anterior indica que, al margen de la regalía y de los dividendos por las nuevas exportaciones de Chevron, tendríamos también ingresos extras, generando un mayor margen de maniobra para nuestras distintas políticas económicas.

Las consolidaciones de estos nuevos ingresos podrían garantizar un aumento salarial combinado con una indexación, como hemos sostenido en otra parte[7]. Esta medida no sólo es necesaria para nuestra clase obrera pública, sino incluso para la totalidad de la economía. El propio presidente de la Federación de Cámaras y Asociaciones de Comercio y Producción de Venezuela (FEDECÁMARAS) Carlos Fernández, ha admitido: “No podemos pretender una recuperación económica si no viene de la mano de un incremento del gasto público”[8].

Sabemos muy bien, que mayores ingresos no significan necesariamente usufructo público de dichos recursos. Los últimos y masivos casos de corrupción en la industria petrolera, así lo han revelado[9].

Al igual que en el terreno universal, en el caso de Venezuela, vivimos también las lógicas de la desigualdad y la precariedad como en el resto del mundo.

El venezolano más rico, Juan Carlos Escotet, logró sumar 800 millones de dólares de ganancia en el 2022, pasando de una riqueza neta de 3500 millones de dólares en 2022, a 4300 millones de dólares en 2023.[10] Por su parte, el promedio de ingreso mensual en 2022 de un obrero industrial en Venezuela, según datos inferidos de la encuesta realizada por la Confederación Venezolana de Industriales, fue de $ 155.25. Esto significa que su ingreso anual ascendió a los $ 1863.[11]

Esto supone en términos generales, que un trabajador promedio del sector industrial, necesitaría casi 430 mil años de remuneraciones para acumular los mismos ingresos que Escotet en un año, mientras un obrero del sector público requeriría más 4.4 millones de años.

El 1ero de mayo es un día para denunciar este tipo de injusticias, para desenmascarar los atropellos y las fechorías, para exigir una mayor participación en la riqueza nacional y no sacudir al chantaje de la unidad sin conciencia de clase. La clase trabajadora quiere unidad frente al enemigo imperial, pero exige que esta unidad sea desde la conciencia de clases, una conciencia que promueva la diputa por la riqueza social y no su abandono frente al gran capital.

Exige de sus aliados y de los tan repetitivos amigos de clase dentro del gobierno, una actitud consonante con sus demandas, y asimismo tener siempre presente las palabras de Engels:

“Todas las medidas tendentes a limitar la competencia, la acumulación de grandes capitales en las manos de individuos aislados… Toda organización estatal del trabajo, etc., todas estas medidas, en tanto que medidas revolucionarias, no sólo son posibles, sino inclusive necesarias. Son posibles, porque todo el proletariado insurrecto las apoyara y las mantiene con su brazo armado. Son posibles – pese a todas las dificultades e inconvenientes que los economistas esgrimen contra ellas – porque precisamente esas dificultades e inconvenientes obligarán al proletariado a ir cada vez más lejos, hasta la total liquidación de la propiedad privada, a fin de no perder otra vez lo conquistado”.

Por eso insistimos, la lucha del 1 de mayo recién empieza y será el veredicto popular el que decida si la lucha de clases ha terminado.


[1] Según https://bit.ly/3Hvdq2z la inflación desde marzo de 2022 hasta diciembre del mismo año fue de 204%. A falta de información oficial sobre la inflación del primer trimestre de 2023, recurrimos a los datos otorgados por El Observatorio Venezolano de Finanzas, (OVF) que coloca la inflación entono a 67.7% para marzo de este año. https://bit.ly/3Nw3iKZ

[2] Véase https://bit.ly/3VmmHj9

[3] Véase: https://bit.ly/3NkUx67

[4] Véase: https://reut.rs/3LmHD4S

[5] Los ingresos serían mayores; sin embargo, el Decreto nro. 3.569, exime de pago de Impuesto Sobre la Renta a las empresas mixtas petroleras (Gaceta Oficial nro. 41.452 del 3 de octubre de 2018) y el nro. 4.412, las exonera también del pago de Impuesto a las Importaciones (Gaceta Oficial nro. 6.608 del 29 de diciembre de 2020).

[6] https://bit.ly/424kxqG

[7] Véase: https://tatuytv.org/opinion-la-encrucijada-salarial-y-las-posibles-salidas/

[8] Véase: https://www.bancaynegocios.com/fedecamaras-parte-de-la-recuperacion-economica-del-pais-se-debe-centrar-en-el-gasto-publico/

[9] Las fuentes varían sobre el monto de los recientes desfalcos sobre PDVSA. Algunos sostienen que podrían ser entre 3500 a 5000 millones de dólares. Aunque según anuncios del Presidente de la República, hasta la fecha se han encontrado más de 1000 propiedades relacionadas con el desfalco. Sin embargo, aún no existe un avalúo oficial de las mismas.

[10] https://bit.ly/3NHtZfR

[11] https://bit.ly/3Vq83aH

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