[REPORTAJE] Productores de maíz y arroz exigen regulación del Estado

Docenas de productores venezolanos de maíz y arroz organizaron una protesta en Caracas el pasado jueves, 08 de diciembre, para exigir respuestas del Estado frente a una serie de problemas.

Varias familias campesinas vienen denunciando prácticas de grupos agroindustriales y una ausencia de políticas gubernamentales que ponen en peligro su capacidad de producir.

Los organizadores de la actividad reportaron una participación de cerca de 200 personas en la movilización, la mayoría oriunda de los estados Barinas, Guárico y Portuguesa.

Una comisión de voceros y voceras se reunió con funcionarios del Ministerio de Agricultura. Sin embargo, según fuentes de Tatuy Tv, la reunión no produjo un acuerdo definitivo. En cambio, la institución se comprometió a establecer mesas de trabajo entre representantes del gobierno, del sector campesino y de la agroindustria para discutir precios de las cosechas, subsidios de combustible, instrumentos de crédito y otros asuntos.

Los movimientos campesinos han hecho reiteradas denuncias en las últimas semanas y exigido mayor regulación. Las protestas han incluido bloqueos en autopistas y el desecho simbólico de maíz cosechado en las afueras de una planta del Grupo Polar.

La manifestación del jueves se produjo semanas después de una similar por parte del sector cafetalero. En ese caso, luego de dos reuniones, los campesinos y campesinas lograron un compromiso por parte del gobierno y del sector privado de respetar los precios de café acordados en encuentros previos.

Obstáculos a la producción

José Betancourt, productor de maíz del estado Guárico, dijo a Tatuy Tv que el principal objetivo de la protesta era “asegurar precios justos para lo que se produce en Venezuela.”

Señaló que los precios de fertilizantes como urea y NPK han aumentado más del 100% en el último año y llamó a que los laboratorios del Estado evalúen la calidad de los insumos que se venden actualmente en el campo venezolano.

“Estos son costos que no podemos pagar,” dijo Betancourt. “Producir una hectárea de maíz actualmente costará alrededor de 1.400 dólares, y la combinación de nuestros rendimientos y de los precios que nos ofrece la agroindustria significa producir a pérdida.”

El productor explicó que los compradores ofrecen actualmente alrededor de 360$ por tonelada sin incluir el flete. Esto requeriría rendimientos de al menos 5 toneladas por hectárea, mientras en Venezuela, según Betancourt, estos raramente exceden las 4,5 toneladas por hectárea.

Omar Parada, también productor de maíz pero del estado Barinas, criticó igualmente a los “carteles” agroindustriales que constantemente han ignorado los precios acordados en encuentros mediados por instituciones estatales.

“Venimos a Caracas a traer esta queja y a exigir que el gobierno haga cumplir lo que se acordó,” dijo a Tatuy Tv.

Prohibir importaciones y anclar precios

Una preocupación común mencionada por ambos campesinos fue la falta de control sobre cereales importados en tiempos de cosecha. Explicaron que las corporaciones del agronegocio usan esta táctica para saturar el mercado y presionar los precios de las cosechas venezolanas hacia abajo.

“Creemos que se debe prohibir la importación en tiempos de cosecha para todos los rubros», afirmó Betancourt. Añadió además que los productos importados suelen ser excedentes de países ricos que no pasan por controles de calidad.

Otra propuesta concreta de las organizaciones que se manifestaron fue el anclaje de los precios de las cosechas a los precios finales de los productos en anaquel. Los dos voceros sostuvieron que esto eliminaría la necesidad de estar “peleando por el precio” todos los años.

“Hemos hecho estudios de los costos a lo largo de la cadena y una división justa sería que el 45-50% del precio final le tocara al productor”, afirmó Parada. “Así estaríamos libres de los caprichos de la agroindustria.”

El gobierno de Nicolás Maduro ha recurrido cada vez más a soluciones liberales para impulsar una economía fuertemente asediada por las sanciones estadounidenses.

En el sector agrícola, las políticas han incluido una eliminación de subsidios de combustible y la transferencia a manos privadas de empresas estatales que suministraban insumos y garantizaban el acceso de productores y productoras campesinas a los tractores.

“Nosotros vemos al gobierno como un aliado, pero empresas como Pedro Camejo (mecanización) tienen que reactivarse para apoyar al pequeño productor. Ahorita solo sirven a los grandes terratenientes,” concluyó Betancourt.

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